ndió su mano libre hacia el botón de mis pantalones. El tiempo se detuvo. Mi mente gritaba, pero de mi boca no salía
ándome para la violaci
NIOS ESTÁ PA
hizo temblar las paredes. M
taba en l
her
a los guardias que me sujetaban, a mi blusa rasgada, a mi rostro lleno de lágrimas y terror. Y f
ovió. El mundo entero pare
iguel re
tros. Agarró al guardia que me sujetaba por el cuello de la camisa y lo lanzó contra
, me soltó instintivame
sotros solo seguí
E!" rugi
de horror y dolor profundos. Vio el miedo en mis ojos, los moretones que em
s mío... ¿qué
e. Su calor era lo único real en ese mundo de locura. Me aferré a él, temblando in
ance. Intentó recuperar el control,
razarlo. "¡Tu hermana se volvió loca! ¡Me atacó! ¡Mira lo que
ón, sin siquiera mirarla. To
n voz baja, su mandíbula apretada con
asentir, inca
. Se enderezó, y cuando se volvió hacia I
o de a
n fría que he
arpadeó, c
, no me estás
QUE TE L
a ella, su cuerpo temblando de una rabia con
ada, con la ropa rasgada, sujetada por tus matones. Y
tan profundo que I
es una excusa. Lo que hicis
guardias, que se
parecer de mi vista antes de que llame a la policía
e lo dijera dos veces. Prácticamente
as empleadas, que se habían
y váyanse. No quiero volver a v
testar. "Pero, seño
AHO
l. Salieron huyendo como rat
tación destrozada. Miguel, Isabella y yo. El
e ahora lloraba, intentand
r... es la depresi
la razón. Miraste a mi hermana a los ojos y trat
, su voz tembl
a mujer que dejó su vida para venir
ento pensé que iba a golpearla
e. No pasarás una noche más bajo este techo. Nuestro ma
ente la alcanzó. Pero ya era demasiado tarde. La verdad había salido a la luz