empre me había tratado con amabilidad, se at
la hermana del señor Miguel..
lla tan rápido que la mu
da. "Recuerda quién te paga el sueldo. Recuerda que tienes una familia
La pequeña chispa de esperanza que se había encendido en
escritorio volcado. Era una foto. Una foto de Miguel y yo cuando éramos ni
pó de su garganta. S
al apretar el marco. "Siempre metida en m
cristal se hizo añicos. Luego, como si eso no fuera suficiente, se a
aliento. Me acurruqué en el suelo,
arita de buena, tu ai
estómago. Me doblé, tosien
a carpeta específica entre el mar de papeles. Era de un colo
busos terribles y que, después de meses de terapia intensiva, por fin empezaba a sonreír de nu
ogió. Lo abrió
"Seguro otro pobre diablo al qu
abella, a
un ruego
nces, lentamente, empezó a romper las hojas. Una por una. Los dibujos de Mateo, sus p
ando el corazón del pecho. Ese expediente no era papel. Era la vida de u
r, el miedo, la impotencia... todo s
por primera vez, no vio mi
resonando en el silencio que siguió a la destrucción. "Juro por mi
ón" pareció
n me va a mandar a
o su rostro
s." Miró a la puerta.
bía visto antes en la casa, entraron en la habitación. Eran los gu
dijo uno de ello
bella con una facilidad pasmosa. "Está loc
í. Ya no tenía fuerzas. Me levantaron del suelo
ro contorsionado por una ex
r qué tan profesio
ió a los
nle la
alizó. Miré a los hombres. Sus rostros eran impasibl
susurré,
que Miguel vea la clase de víbora que metió en su casa. Para que todos tus paci
adrenalina. Empecé a luchar, a
a, no hagas est
ica para sus oídos. S
Sofía. Sí
el cuello de mi blusa. El sonido de la tela rasgándose f