a plaza se convi
tá lo
tar a un hombre de un
perderlo
nda cabeza. La audacia de la joven lo dejó sin palabras. Era u
aso entre la multitud, con lágrimas corriend
¿De verdad pue
espondió Sofía, ayudándola a levantarse.
onmoción, se echó a reír, un
e heredaré a que fracasas miserablemente!" gritó, su voz llen
e dirigió a la madre de Mateo. "Tráigalo a m
de Ramiro y Catalina, Sofía se dio la vuelta y se march
na camilla a la modesta casa de Sofía. Lo depositaron con cuidado en una cama prepara
no como si solo estuviera durmiendo, pero la
yo nombre era Isabel,
le. Después de que tod
ecta. "Seré honesta con usted. No hago esto solo por bondad. Lo hago para ganar
ofendida, asintió con comprensión. Vio en los ojos de Sofía una determin
señorita Sofía, tiene mi b
ción de conocimiento ancestral y una comprensión intuitiva del cuerpo humano que nadie más poseía. Preparó infusi
ambiando una compresa en la frente de
nterior humilde de la casa. "Así que aquí es
levantó
ieres, Ca
todo menos amistoso. "Ríndete. Estás perdiendo el tiempo. Ese ho
ocupación," respond
"Señora, esta mujer es una farsante. La está usando. La va a matar a su hijo con
a Catalina c
bienvenida a
eran. Cuando él muera, no v
que había sido llevado por sus sirvientes en su silla de ruedas. La cur
eguntó Ramiro con una sonrisa burlo
sus ojos en Ramiro. Su mirada recorrió el cuerpo d
paciente y más por ti mismo, Ramiro,
res decir?"
cisa. "Pero puedo ver el ligero temblor en tu mano izquierda. Y esa mancha oscura que tienes en el cuello,
vaciló. Era cierto. Había sentido un frío persistente en sus
aso, mi amor! ¡Son tonterías! ¡El elixir está fu
o miró sus propias manos, luego a Sofía, y por prime
los por completo. Les había dado una advertencia. Ahora,
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