os al
as afueras de la ciudad, un lugar que olía
ra que colgaba sobre una mesa redo
y sus dos cómplices, los mismos "amigos" que
ó la vista de sus cartas. Una sonrisa an
", dijo, su voz chorreando sarcasmo. "Pa
ecordó mis palabras y se mantuvo
oré a
sa y me senté en una silla vací
repentino lo
arqueó u
a mesa para jugadores, no
nando en el silencio tenso. "¿O es que
hizo más grande, sus oj
y todavía tienes ganas de
taba de pie detrás d
inero de la última partida. Si quieres jugar,
mente lo q
lenta
rece j
letes del maletín y
cambiar un poc
e miraron,
e", dije, recostándome en la silla con una confianza que
un si
da, un sonido feo y ruidoso que
ces se uni
eso? ¡La señorita qu
sa, su cara burlona a
oco de dinero tienes alguna oportunidad?
l, mi corazón latiendo con
tenía que parecer una novat
nera de que mi
hombros. "Antes de que se muestren las car
lma pareció
ió, reemplazada por un
s, muñeca. E
e sus hombres para qu
staba a punt
ea de que estaban a pun