se había callado hacía horas, los invitados se habían ido y la casa estaba en
na masa de encaje blanco que ahora se
con el que me había casado esa
, una de esas que organizaba su supuesto "
cigarro y el olor a alcoho
i familia, el dinero que mis padres habían a
sola noche, en una
l cielo de un gris pálido, y yo seguía sentada en e
cuando escu
i imperceptible, en
, sil
quizás una hora
rujiendo con cada paso,
dillas en el pasillo
en el altar, estaba arrug
a a tocar el timbre, no se atrevía a
do, temblando, una figura pa
mirilla, mi corazón era un
stima. No s
vacío
a y regresé a
í la p
onial, escuchando el sonido de su respirac
l la pasó en el suelo del pasillo y yo la
el sol ya estaba alto,
n el suelo, dormido, con la ca
on un suave t
poderó de su rostro. Se puso de pie de un
name, por favor, perdóna
a un susu
dije
ó como un perro apaleado, cer
donde habíamos planeado nuestr
uantó la
n idiota, un estúpido... Ricardo... é
mi bolso y los puse so
a casa que había heredado de mi abuela, una
papeles si
esto?",
e, mi voz sonaba tranqu
a los ojos, sintiendo cómo una fuerza
a Ric
padeó, co
Qu
articulando cada palabra con una cla
platos, una mezcla de horr
edes estar hablando en s
mi voz cortante como un cuchillo. "
la mesa y los sost
e apuest
uego a mí, como si estuvi
vez
se casó con él a
n más, alguien forjado en
ía una orden que no admitía répl