, mirándome como si me hu
ensión lo golpe
e a mí, su cara una má
sto! ¡No puedo dejar que pierdas esto
cara, una y otra vez, c
y horrible en el
cil! ¡Un mald
mejillas, mezclándose con la
, sentí una pun
bre que amaba,
roto, tan humil
sangrar, una pequeña gota
bre con sus ahorros, la mirada de orgullo en
resó, más fue
voz sin emoción. "Llorar no
irándome con lo
a...? Ricardo es
ido seco y sin alegría. "Marco,
né hacia
ómo la gente sale de sus partidas sin un centavo. ¿Tú lo conoces bien? ¿Conoces sus hábitos? Un hombre
zó a sembrars
uieres
Fue una trampa. Te tendieron una trampa para
el casino me había confirmado que Ricardo y su pandilla eran estafador
o
intiera el peso de
ección se le grabara
ra?", le espeté. "Lo único que puedes hacer
la cabeza
o de su
s de boda y el certi
esa, junto a los tí
ijo, su voz apenas un murmullo. "No mereces estar atada a un
s ojos y supe que, a pesar de su d
e sufi
los puse de nuevo en e
Somos marido y mujer. Y va
é y tomé
ecesito efectivo
?", preguntó, su
o. Usando la casa de mi
! ¡Es demasiad
je, mirándolo por encima del hombro antes d
después con un malet
do a otro en la sala, c
egué el
ás dinero y que quieres la revancha
pálido per
é a él y le susurré al oído, mi voz
ue veas, no importa lo que escuches. Te quedarás callado y me ob
e que todo esto empezó, vi un dest
ó lent
endi
aba por come
, las reglas