se le iba de la cabeza. Pero ya no era la imagen de la mujer dócil y aburrida a la que se había aco
, las veces que llevó a Sofía a eventos públicos sabiendo que Natalia lo vería en las noticias.
ivocado
nte estaba cumpliendo un contr
l aire, como si ella pudier
era de afecto. Se trataba de posesión. Natalia era suya. Su esposa, aunque fuera de
r, tomó un
ombre llamado Romo que se encargab
necesarios. Revisa cámaras de seguridad, registros de aeropuertos, estaciones de autobuses. Inter
hay algún
ortó Jorge. "No me im
Era solo cuestión de tiempo antes de que la encontrara y la arrastrara de vuelta. Le ofrecería m
ros de distancia, yo respiraba el ai
un cuaderno de dibujo en mi regazo y un lápiz en la mano. Por primera vez en cinco años, no estaba dibujando por encargo o para cu
a ligera
salió con dos tazas de
mer día de libertad?",
as", respondí, sin levan
ejara antes, pero yo era terca. Un contrato es un contrato. Le había prometido a mi padre en su lecho de muerte que sa
está tan feliz con tu libertad",
sta. "¿Qué qu
Romo, que trabaja para Jorge, ha estado haciendo preguntas. Ofre
miedo. Solo un profundo y amargo
de repente soy la persona más buscada del p
s serio. Ese tip
e, solo soy una extraña." Miré a mi hermano, mi decisión más firme que nunca
é co
monio. Que Sofía es una mujer afortunada.
o una lenta sonrisa se dibujó en s
, "lo va a
zas, su dinero... ya no tenían ningún efecto en mí. Su obsesión era su problema, n