O, como yo lo veía, el hombre con el
vista de todos, pero yo conocía la impaciencia
ra vez; no entendía que, después de cinco años contestando al
círculo rojo: lo había bloqueado, la mujer que creyó dominar se
tas de crédito, solo para descubrir, para su asombro y humill
nunca percibió; al instante, la imagen de la sumi
ro a la casa que compartimos, solo para encontrar su armari
sido removido con precisión quirúrgica, sin dejar rastro, y su contact
un sobre con su nombre: dentro, nuestro contrato de matrimonio de cinco añ
bre. Yo también." Rompe los papeles en mil pedazos, pero la realid