t en el café de la esquina cuando lograba escaparme, resolví todos los ejercicios que encontré. Mi único contacto con el mundo exterior eran mis
y química que no venían en el temario oficial. La medicina se convirtió en una obsesión, un refugio. Mientras estudiaba
entada con mis libros y probablemente pensaban que era una forma de entretenerme, un
n la capital. El proceso era en línea. Llené la solicitud a escondidas, en la madrugada, usando el viejo computador
eron mi plan. No sé cómo. Tal vez vieron el correo de confirmación, tal ve
de mis libros. Mis preciosos libros de anatomía, de fisiología, de química orgánica. L
té salvar un libro, el
contra la pared. Mi madre entró y, entre los dos, me arrastraron fuer
jas y telarañas. Olía a tierra mojada y a olvido. Me aventaron aden
amen", dijo la voz de mi padre a travé
nas. Grité y golpeé la puerta hasta qu
gan esto! ¡Sáquenme d
speración que nunca antes había sentido. Era un llanto animal, un aullido de dolor y rabia. Estaba atrapada en una tumba, enterrada
eces me pasaban un plato de comida y un vaso de agua por de
e mis padres. Una voz de hombre, serena y a
rsidad. Recibimos la solicitud de su hija, Sofía. Sus credenciales son, francamen
un vuelco. ¡Me
trevista de becarios. Intentamos llamarla, per
mi madre t
está muy bien de salud. Decid
todo respeto, eso no tiene ningún sentido. Una alumna con esta trayectoria, con est
día imaginar a mi madre, p
tiene... problemas. Problemas serios. E
iene programas de apoyo, consejería, lo que necesite. No vamos a de
an fuerte que me mareó. Me arra
ocas fuerzas que me quedaban. "
Luego, los pasos apresurados del
Tienen a su hija
da mal...", empezó
e, y luego el sonido de un papel siendo desdoblado
el folder amarillo