el pecho. Todo eran dieces. Era la mejor estudiante no solo de la escuela, sino
doctora increíble. N
in dormir, de los fines de semana estudiando. El examen de admisión a la universidad eriendo, agitando la
papá!
, Ricardo, ni siquiera se volteó. Estaba sentado en el sillón, con la m
ices?", pregun
evolvió la bo
lista", fue to
e tema o simplemente me ignoraban. La noche antes del gran día, no pude dormir por los nervios
rta de salida. Mi madre estaba a
a hacer tarde", dij
del brazo. Su mano
r a ningún
Es el examen de a
ión", dijo mi madre, su vo
to. Grité, pataleé, pero no sirvió de nada. Me aventaron a la cama y salieron. Esc
hasta que mis n
r! ¡Por favor!
hasta que el sol se metió y supe
si nada hubiera pasado. Me hablaban, me servían la comida, pero sus ojos estaban vacíos. Yo no
examen, mi madre entró a mi
'ja. Tómate esto, te
ndo vi a mi mamá de antes, la que me leía cuen
ias,
o asinti
examen había terminado hacía horas. Me habían drogado. La desesperación era un pozo frío en mi estóm
adie. Me preparé en secreto. Hice una copia de la llave de mi cuarto y la escondí
fuera de mi cuarto. Estaba a punto de abrir la puerta principal cuando una mano me
la casa a rastras y me metieron en la cajuela de nuestro viejo coche. El viaj
varon a una casa abandonada en medio de la nad
ntiendas", dijo mi padre antes de
de mi pantalón. Me tomó casi una hora, pero logré cortar las sogas. Forcé la ventana v
odas partes. La gente me miraba raro, pero no me importó. Presenté el examen.
nfo y terror. No quería volver a c
an esperando en la sala. La cara d
e fuiste, maldita
el cinturón. Mi madre solo se sentó en
el cinturón una y otra ve
ras! ¡Nunca aprendes!",
rder. De repente, el timbre sonó. Una vecin
¿Qué está pasando?
adeando. Mi madre se
men, solo un pro
sistió la vecina, asomándose por la puerta. Me vio
a Carmen. Ella lo abrió, leyó el papel que estaba adentro. Su expresión cambió por comp
miró a mí en el suelo, y
. "Ya entiendo. Discúl
lo, más confundida y rota que nunca. ¿Qué había en ese papel? ¿Qué podía ser tan terr