buen matrimonio. Ricardo "El Toro" Sánchez se movía por la cocina con la misma precisión y gracia que una vez tuvo en la plaza de toros. Su
to de Sofía, el que su propia abuela le enseñó a hacer, un t
de una cantina cerca de la oficina de Sofía. Ricardo secó sus manos en el delantal y abrió e
masiado brillante la miraba con una familiaridad que a Ricardo le revolvió el estómago. La mano del joven descansaba en el respaldo de la silla de Sofí
o ninguna celebración. Y nunca, jamás, permitía que sus empleados le
le parecía tan apetitoso. La duda era una gota de veneno en un vas
, dejando caer su portafolio de diseñador en el suelo con u
qué día", dijo, cami
rzando una sonrisa. Señaló la mesa, eleganteme
la humeante. Su expresión no fu
ndo. Pero estoy muer
, sonó el timbre. So
as a al
dió Ricardo,
. Era el joven de la foto, Mateo. Soste
yada. "No podía dejar que se fuera sin cenar después de un día tan p
genuina y radiante que Rica
Me salvaste la vida. E
rdo parado en la entrada de la cocina.
l es Mateo, mi
Mucho gusto, señor. Mateo
, en el mole que había tardado ocho horas en preparar. El desprecio era tan claro como un golpe en la cara.
ijo Ricardo, con la v
o, es que estos tacos... son mi de
invadió el espacio, eclipsando el aroma complejo del mole. Sacó
osos",
arganta como bilis. Se sintió como un idiota, un payaso que había montado un circo para una reina
sonó. Sofía contestó, c
bien... No, no, R
odía oír la voz chillona de su suegra
tacos, es un encanto de muchacho... ¿Ricardo? Ah, se puso un poco intenso porque prep
hervía en las venas. ¿Él era e
a y le arrebató e
perfectamente. Está disfrutando de unos tacos que le trajo su asistente. A
élveme el teléfono!", gritó S
o parece muy... servicial", continuó Ricardo, ignorando a Sofía. "¿S
ular, encontró la captura de pantalla que le mandó Chuy y se la reenvió a su suegra con
ia y desconcierto. "¡Es
", respondió él. "Tú preferiste a este... p
y, sin dudarlo un segundo, vació todo el contenido por el desagüe. El sonido de
e seguía parado en la p
hacho?", le preguntó Ricar
señor", bal
Porque creo que tu jefa y tú
idea. Una idea terrible, grandiosa y absolutamente nec