sin precedentes. A las nueve en punto, una flota de camiones de reparto de "Tacos El Güero" se estacionó frente al moderno edificio de
noche llamando a cada taquería de la ciudad, haciendo un pedido masivo a nombre de Sofía Del Valle. Quería tacos, ¿no
ficamente, dentro y fuera de la oficina de Sofía. Cajas y más cajas de tacos al pastor, de suadero, de longaniza, de bistec.
Atravesó el mar de cajas de tacos, que ya llegaban a la altura de su cintura, y encontró a Ri
a esto?", gritó, su voz resonando
un gusto", respondió él, sin alzar la voz. "Considera es
is empleados!", siseó ella, señalando a los rostros
os tacos grasientos que le trae su nuevo perrito faldero? ¿Humillación es escuchar cómo me llamas 'dramático' e 'intenso' con tu madre mientras el otro i
"El Charro" Rodríguez aparec
sted bien? Me llamaron
rando la escena con l
ó en su rostro. Se acercó a una de las cajas, la abrió, sacó dos taco
z baja y amenazante. "Tú eres
do saliva. "Yo... yo solo quería
uno en cada mejilla. La grasa y la salsa se escurrieron por el rostro pálido de Mateo, manchando el cue
izado, con los ojos llenos de lágrimas, no por la emoción, sino por el picor
riendo a limpiar la cara de Mateo co
defendió a él. Esa fue la últi
na calma que helaba la sangre. "N
dura como el acero. "Quiero
umillado Mateo que sollozaba en
edirlo. No ha hecho nada malo. ¡El que
tamente, como si es
n",
entre el pulgar y el índice por un momento, luego la arrojó al suelo. El anillo rebotó en
"Quédate con tu casa, con tu oficina
las montañas de tacos. No miró atrás. No necesitaba hacerlo. El olor a traic