mo un resorte. El dolor de la muñeca no era nada compara
jo. No me lo
brusca que Ricardo m
, preguntó, su voz
ro antes de que pudiera decir nada, una sonrisa le
ibre, ¿no? Si Ximena consigue el puesto f
a. Lo miré, realmente lo miré, y solo vi
de la sala de maestros y me dirigí directamente a la o
uela. Me estaba esperando, sosteniendo la caja de c
dijo, tendién
nstante, mi corazón se ablandó. Iba a
endación para Ximena? Con tu ayuda, seguro que ti
como si la arena se me hubiera metido en los ojos.
on una calma que me
tima cuota de la deuda que eran n
ó, genuinamente aliviado. Luego, como si de repen
de te vas a tr
hacia el camino polvorie
scuela. D
a en el suelo y, para mi total sorpresa,
comprensiva. En cuanto pase esta racha de tanto trabajo, te llev
abrazo. Un nudo apreta
e. Todo era de
voz de Ximena nos interrumpió. Se acer
poco mareada. Creo que
sonrosadas y los ojos brillante
o era de esperar, él me soltó de inm
primero. Luego hablamos
na, sosteniéndola como si fuera una p
asar junto a un bote de basura, la arrojé dentro sin
Mi último día
ida. Invité a nuestros amigos, que en r
atillo, una fuente humeante de mole, escu
a Maestra Ximena no van a br
rindis, un
sonrojó y dijo con falsa modestia: "Ay,
oltó una
estaba casado, el Capitán ni se hubiera rendido en buscar a algui
epente se sintió más fría que un bloque de hielo. Pensar que esas mism
y estaba a punto de gritarles. Justo en ese momento, carrasp
stá lista.
. Me disponía a sentarme cuando la voz de
ste tantos platillos que
s enchiladas, los chiles rellenos. Todo lo q
mano, con voz su
mo un poco de ensalada y ya. La cuñada
conciliadoras, sus ojos
illa raspó el suelo de cemento. S
llevaré a un restaurant