img Divorcio: Mi Regreso a Casa  /  Capítulo 2 | 33.33%
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Historia

Capítulo 2

Palabras:1104    |    Actualizado en: 08/07/2025

oficina del comisario. El sol de la mañana entraba por la v

de divorcio de Ricardo. Le agradece

los años, dejó la taza a un lado. Se puso los lentes, desdobló el papel y lo examinó con a

se llevaban tan bien. ¿Cóm

to con un futuro brillante. Yo, una maestra de primaria que creía en los cuentos de

vorciada y con aire de tragedia,

apitán Ricardo con

mo si fuera

así ya no s

s susurros venenosos de mi ment

uando se acaba, se acaba. Solo queremos s

erminación en mi cara. Guardó la sol

n par de días. Para ent

Mientras esperaba mi turno en el mostrador, mis ojos se posaron en un frasco de loción para manos. Era la que usaba Ximena. Un lujo

sa pero de buen corazón, siguió

ino el Capitán Ricardo y se llevó como cinco o seis frascos de esa mism

os nudillos se me pusieron blancos. Yo no había estado en casa. Y Ricard

noche anterior. Ya sabía la verdad. La

. Cinco años cocinando sus platillos favoritos. Cinco años administrando su su

ar y hacerse la desvali

. Miré a la dependienta, que seguía ob

, dije, mi voz sorprendentemen

i bolso, me dirigí a la escuela. Iba a presentar mi renuncia. Como

escritorio ya no era mío. Estaba cubierto de cosas que no reconocía: un portarretrato

es, estaban debajo de todo, aplastados. Las esquinas dobladas,

s son cosas de la nueva maestra, de la Maestra Ximena. El Capitán Ricardo las trajo personalmente e

e había vuelto al pueblo, divorciada, y había conse

cosas de Ximena de mi escritorio y las dejé caer al suelo. El portarretratos

nar cuando un grito agu

mis co

lla, con el ceño fruncido, estaba Ricardo. El mismo que había di

, señalando el desastre en el suelo. "¿Cómo

as. Ni siquiera me miró. Su pr

unas cuantas cosas. ¿Desde cuán

su brazo, su voz

a estar estos días, podría usar el escritorio temporalmente. No creí qu

rios rotos. Ricardo la detuvo de inmediato, como

. Ximena no lo hizo con mala

a discutido conmigo por defender a

ja y me dirigí a la puerta. Al pasar junto a Ximena,

ujetarme, pero fu

ió por todo el suelo. Sentí un ardor agudo en la

e. Pero de repente, su mirada se fijó en algo en el suelo. Se aga

fruncien

nuncia? Y est

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