movía con una calma gélida. Acaba de re
frente del mariachi. Tu madre y yo te extrañamos" , dijo su padre, su voz
vez, la promesa se sintió real. "De hecho, estaba pensand
? No te preocupes por eso, con lo
a amasado por su cuenta, invirtiendo sabiamente sus ganancias.
ió y Ricardo entró, con el rostro desencajado. Se detuvo
De qué hablas?" , pregunt
"Hablaba con mi padre. De pesos, claro. Pesos de un juego de mesa que jugábamos de
concebir que la chica "pobre" de la que se había burlado pudiera tener t
a puede ser muy intensa. Pero tú sabes que a la que amo es a ti" . Le tendió una pequeña caja de terciopelo. D
atada. Sintió un profundo desprecio. Tomó la caja y la dejó sobre la cómoda sin decir una palabra. Para ella, no eran más que tr
a. La voz de ella era audible incluso
. Dice que si no vienes, el trato de
Sofía, desesperado. "Teng
Sofía con i
oy en el coche con él. ¿Adivina en qué asiento vas tú? E
ertido, permitiendo tal humillación. Cuando Ricardo bajó con Elena, Sofía los siguió. Tal como Elena habí
rta trasera y se sentó. El silencio en el
deje a Elena, vuelv
te miró por la ventana la ciu
al departamento, intentó acercars
, dijo ella, su
, por f
excusa simple y efectiva. Era un m
semanas atrás. La alarma vibró suavemente, pero la pantalla era visible en la oscuridad: "Recordatorio: Acompañar a Ricardo a ver a sus padres para formalizar compromiso" .