Príncipe Heredero elegiría a su consorte
do, en esa mansión Sánchez donde crecí como su huérfano "adoptad
rogante figura del Príncipe Alejandro, sino también a So
ó lujuriosamente frente a mí y luego, con una sonrisa venenosa, declaró que Sofía
e miró con servil alegría, ignorando mi do
ía determinación que aceptara mi destino c
"padre" adoptivo, el señor Sánchez, me azotó con un látigo, mostrándo
arido de conveniencia, la fachada para su infami
di cuenta de que no solo querían humillarme; querían
ió Isabela, una princesa de sangre real, con ojos violetas y una
sión y derribar al príncipe y a la familia que me había tra