mbre sabría que era solo un sustituto, un peón e
de una diseñadora rica y famosa, aunque fu
, ¿qué era
dor devoto. Ahora era solo "el que ayuda"
", dijo Mateo, mirando directam
poco incómodo baj
pia de Elena", respondió, con
za, como si quisiera dejar clara la jerarquía. "Vi
bra lo re
a era una prisión para Mateo, se
eño cuarto, p
en la sala. El tintineo de su
giéndose a la habitación prin
oyó otros
ogados. La risa de Elena, e
s palmas, su cráneo, hasta instalarse en su cerebro. Se hizo un ovillo en
ó por ella ahora era una
ños número dieciocho. Había pasado todo el día cocinando su pastel favorito. Por la noche,
cho: "Oh, Mateo. Eres tan dulce. Pero solo eres un niño. Yo soy una mujer vieja y rota. Lo q
tendía que esa amabilidad también era parte de la farsa. Lo mantenía enga
provocó una ole
preparar el desayuno. Al pasar por la sala, vio dos copas de vino vací
na corbata de seda, olvida
explícita, que Mateo sintió qu
mesa auxiliar. Un vaso de cristal que esta
despert
illa de ruedas, con una bata de seda. Ricardo ven
on el ceño fruncido. Vio los cristales rotos en el
chándose para recoger los trozo
go, su tono cambió a uno de falsainocencia. Se dirigió a Ricardo. "Ay
suelo, y luego a Elena. Una sonrisa d
jo, y luego, mirando a Mateo, añadió: "Pero sí, t
l. La sangre brotó, roja y brillante. Miró la
vio la
inútil", gritó, su máscara de dulzura completamente rota. "¡Limpia esto ah
lentamente, con e
n era tan grande, tan aplastante, que ya ni
epitió Elena, s
no se
", gritó Elena, golpeando el
poniendo una mano e
anto. Ya, muchacho, haz lo que di
ue lo llamó "muchacho". Era una demostración
o ahogaba, pero la reprimió
la ca
do", dijo, con la voz hu