mejor amiga de su difunta madre, quien, tras un supue
ueños para cuidarla, enamorado en secreto,
d de México, al regresar con sus "medicamentos esp
garon su alma: "Claro que sí, todavía no he terminado, fa
o, todo era una farsa, una cruel venganza po
Ese mocoso tuvo la culpa" , escupió Elena,
, borrados. Un amor c
na, y el explícito desprecio de ser reducido a "el que ayuda" , la humillac
definitiva en el callejón, donde fue brutalmente a
susurró Mateo, con una
arrojó al vacío, no de un puente, sino de un
apó a un nuevo mundo, sanando heridas y
lmente paralítica, reapareció, persiguiéndolo
nfrontó, pero aquella "pobre víctima"
única respuesta a tanta dep
última petición
s brazos de Camila, mientras los fantasmas del p