l huracán, barriendo
mi refugio en la tormenta
ma más grande, una segunda oport
a pasado, que nuestro
icina, escuché sus voces: la de Ricar
era la de mi amor, sino la de un conspirador. "Cree qu
inar a los Rojas fue una obra maestra. El vie
e un golpe, una
odo fue una mentira orquestada por el hombre q
con la taza de café rota
n rabia pura, una rabia he
irmes el acta de matrimonio y tengas acceso legal a lo que queda
ían borrar hasta el último vestig
eron en mi interior, dejando so
destruyeron iba a usar su última herramie
Pero de las cenizas de la vieja Lun
¡Prepárense, cabrones! Porque esta no es