teo, cambié mi ruta al trabajo, dejé de ir al gimnasio al que solíamos ir y empecé a frecuentar cafés y restaura
¿dónde estás?", "Deja de ser infantil, contesta", "Necesito que recojas mi traje de la tintorería". Cada mensaje era una prueba de qu
on un cliente nuevo en un restaurante del centro, un lugar que Mateo detestaba por ser "demasiado ruidoso". Esta
rbiendo la admiración de su nueva pareja. Mi corazón se detuvo por un segundo, un reflejo condic
oca una sensación de confianza y modernid
abían fijado en mí. Vi una chispa de sorpresa, seguida de una de ir
me la nuca, era una presencia pesada, incómoda. Finalmente, mi clie
imena, ¿tod
s solo que...",
que estaba sobre la mesa, vi
quí? ¿Nos est
se hombre no tenía límites. Ignoré el me
ada, con
levantó de su mesa y camin
rumpiendo mi reunión sin ningún r
miró con el
ro estamos en medio de u
or completo, sus
La factura está en mi casa, necesito que va
después de todo lo que había pasado, se acercaba
i voz fue frí
deó, con
o que
abajo para ti, paga
rostro, no estaba acostumbrado a qu
n drama, Ximena.
iente. "Le pido una disculpa enorme por esta interrupción
mirando a Mateo con
eñorita. Le llam
is cosas, Mateo me
n te crees que eres
o en su actitud cambió, su ira pareció disipars
un susurro. "Fui un idiota el otro día, estaba e
creerle, luego, miré por encima de su hombro y vi a Sofía, que nos observaba con una sonri
co profundo, me solté de su
a de una aversión que nunca antes había se
el corazón latiéndome con fuerza, no por amor, ni por mi