ra y empecé a tirar cosas: la taza de café que usaba cuando se quedaba, el cepillo de dientes que guardaba en mi baño, la sudade
nerosa y la levanté en un brindis silencioso. No estaba celebrando una ruptura, estaba celebrando mi libertad. El s
do, había puesto en pausa mi carrera como diseñadora gráfica para estar disponible para Mateo, había rechazado proyec
e significaba irme de México, ahora, la veía como mi boleto de salida, mi oportunidad de empezar de cero, llené el f
la llamada
ier siempre me habían tratado como a una hija, a diferencia de su propio hijo, ell
s?", respondió la señora Elen
as. ¿Están usted y Javier en ca
¿pasó algo? ¿Mateo te hizo algo?". Su
tedes", respondí, tratando
que conocía tan bien como la mía, me sirvieron un ca
fiesta de cumpleaños hasta la escena en la basura, no omití ningún d
enía lágrimas en los ojos y el señor Javier
voz grave y llena de decepción. "Un completo idiota. D
ena me tomó
hemos visto crecer y convertirte en esta mujer maravillosa, y nuestro hijo te h
dije, sintiendo un
ta, y ahora este es el resultado, pero quiero que sepas algo, Ximena, esta sie
peraba que intentaran disuadirme, que me pidieran que le diera
meza que me sorprendió. "Vete lejos de él, construye t
ó Javier, "te juro que yo mismo me encargaré de ponerlo en su lugar
i corazón herido necesitaba, me hicieron sentir vista, validada, m
do mantener el contacto, mientras conducía de regreso a mi d
e diseñadora en una importante agencia, un puesto para el que había aplicado hacía semanas
oferta, sonó mi teléfono,
uen
rdo", dijo una voz
, un hombre que siempre había sido amable conmigo, que me había invitado a sal
hola. Qué
aba si te gustaría tomar un café algú
é en la solicitud de la maestría, en el apoyo de
ez en mucho tiempo, sonreí, una sonrisa ge
uertas que yo misma me había
ta para cruz