cansados, la preocupación lle
muchachas de tu edad ya se casaron y ha
o cada palabra apilab
ra soltera de veinte años era
lar, mi niña, dicen que
mis manos manch
tradición. Los dioses
espalda, no del aire de la monta
había escuchado e
na tonta esperanza. Mi coraz
smático, su sonrisa me h
errible: soborné al a
primer papel que saqu
iz de mi vida, o eso creí.
era una cr
la claridad de una pesadilla. En la
o, susurrándome pa
mor, ya cas
lanto de nu
risa se borró. Su expres
ana. Lo sentí clavarse en
riptible. Mis ojos
monstruosa, aplastó su pequeño c
e detuvo. P
o se de
ró duran
usurré con mi
, mi corazón siempre fue de C
la, su amante s
fue lenta
el odio, hasta que vi a Cu
anco. Recogió mis resto
erra sagrada. Recogi
e, ahuyentando espíritus
El único que me dio un entierro
lma encontró un ancla,
e vuelta en mi choza, e
Tlacaelel avivaro
ía sorteo. Yo ele
no habr
ero que arregles mi matrimon
la cayó, sus ojos se ab
Mi salvador. Mi futuro esposo.