descansaba sobre dos sillas en el centro de la habitación. Dentro, Juanito parecía
entraron y salieron, dando el pésame en susurros
nterpretando el papel de la madre desconsolada. Recibía los abraz
, su mano descansando sobre la mader
ito, un chico flaco llama
era el mejor. Con su talento, iba a lleg
ó una sonr
niño... le gustaba mu
sumía ella la pasión que consumía la vida de Juanito, el sueño por
léfono de Sofía v
nrisa fugaz, casi imperceptible, cruzó sus labios antes de q
excusándose
.. es mi tía,
trasera, hablando en
a. Sabía que no era su tía. Er
tana, Armando la vio gesticular, su expresión ya
escuchó decir en un susurro airado. "¡Tienes una pres
sintió u
etros de ella, y su única preocupac
utos después, su rostro una me
jo, sin mirarlo. "Surgió una e
e nuestro hijo", dijo Armando,
s de vida o muerte. Vuelvo
alió corriendo de la casa, sus taco
coche, el auto viejo que
ia y, al dar marcha atrá
de que los amigos de Armando habían comprado, aplastando los crisantemos bl
nte, que fue como si hubiera pasado la l
lejaba a toda velocidad, d
Los pocos vecinos que quedaban s
olo con
al ataúd y apoyó la
rdóname por haberte dado una madre
a en voz alta,
para tomar aire, pero en su lugar, un líquid
re roja y brillante salpicó
sangre,
e estuviera rindiendo, incapaz de