voz rota por el
el aire y luego mi piel. Soporté los golpes, negándome a darle la sa
rse. Lo último que recuerdo fue la cara de Inés, defor
e hospital. Una enfermera es
rmera. "Los cortes son profundos, pero no dej
Máximo en el pasil
ón. Y usen las mejores cremas para las cic
por las apariencias. Una esposa con cica
rostro mostraba una mezcla de ir
reguntó, como s
z ronca. "¿O estabas demasiado ocupado h
dícula. Mi madre puede ser... d
una risa amarga esca
eso solucionara todo. "Le diré que dej
peraba que hiciera n
es", dije. "Y
uieres
ximo. Vete con Valeria.
. Se sentó en la si
é. Voy a
o me leía. Era una imitación de la intimidad que una vez anhelé. Pero ahora se sentía vacía, falsa. Yo me mantenía
rozó mi mejilla. Se inclinó, como si fuera a besarme.
la puerta de la habita
Vale
lido, sus ojos llen