rumor ya se había esparc
susurros mientras tra
que es una descendiente directa de los antiguo
les" , contestaba otro. "Para que la 'M
o de la
Ricardo guardaba en una caja de caoba en su de
leyenda, haciendo creer a todos que ese hueso era u
ante y superstici
ra un regalo de los espíritus, y no el
a la que ya llamaban "la nueva Elena" , había venido por su propia voluntad, qu
ían la
ojos ni la forma en que s
n mi interior, una semilla de
dre, pero la conexión era de
era en la casa se vo
estado bebiendo
con la mujer sentada en una sill
o y en la otra, un látigo de cuero trenzad
gestionada por el
voz era un gruñido. "No importa. No necesito que hables. So
r no re
ó, tambaleán
ercándose a ella. "Tu suerte es m
levantó el látigo y lo estrell
fue seco
labios de ella, un sonido tan lle
vez que la oía
se rasgaba y una línea roj
ió, una sonrisa
ía sientes. E
ella, su aliento
. "Y pronto, tendré la otra 'Mano de la Fortuna' . La que est
or me p
neaba mutilarla, arrancarle un hueso
olo un tirano codici
uera, estaba a punto de sufrir
el pelo, obligá
a" , le dijo. "Y vas a d
mpujón y ella cas
con una lágrima silencios
Ricardo se convirtió en algo más frío y a