ojada cuando Don Ricardo ll
lo; a su lado una mujer, d
mi observatorio secreto cuan
tido sucio, su rostro ocu
la empujó, y grité m
chacha inútil!" me gritó,
barriga y cara roja,
aquí. Es... una
on Ricardo solo amaba su dinero y una estúpi
ueso, un fémur, que
un instante, y lo que
os de mi madre, Doña E
iguo, una mi
on la vista, como a un ob
que a veces me
, pura y s
había mue
ebre, pero yo siem
a que Ricardo creía la clave de su fo
con sus ojos, y
su quejido liberó un to
le susurró mi padrastro, u
'Mano de la Fortuna' . L
torturaba; pla
gó a la
ero su golpe me tiró al suel
e te digo, o la p
y en sus ojos,
on el láti
jos, y el g
Guadalup
el látigo brillaron con una
ana
nsta
o era
a parient
ja? ¿Un
adió, un miedo
guardaba esta mujer co
retorcida danza de Don Ricar
ble estaba