de golpe, pero no era la oscu
aún, sin el dolor desgar
a falsa de mi hermana Valentina, la indifere
llevándose no solo mi vida,
todo se quemó en mi memori
en, sin las ojeras de la desesperación, la mi
mi embarazo, no sentí alegría ingenua, s
i razón, mi arm
ndro, su alegría por un heredero
rmana, quien no tardaría en aparec
o había comenzado, y y
da pieza, tejiendo la red de la q
er que fui, desataría el