dotas dignas de ser contadas en un club de supervivientes corporativos. Mateo Ruiz era, sin duda, un jefe imposible. No gritaba. No insultaba. Pero
n un correo enviado a las 6:32 a
rotocolo de oficina
te
tir d
rse exactamente a la hora pa
ebe hacerse por correo, inclu
deben ser blancas, s
st-its en lo
ser claras, sin sarca
enerse formal de lunes a
mplimient
R
con su taza favorita en la mano -una que tenía un dibujo de un
oma... -murm
u respuesta. No una confrontación directa. No. Sabía que para l
a. Marina lo esperaba sentada, con una expresión neutral y su computadora ab
miró d
é es
que él leyera lo que había escrito con marcador negro:
da. Pero el ligero tic en la co
-preguntó, señalando su escri
la había una aplicación abierta con
lo las reglas, pero
esa que ella le entregó y
los rodeo
den de rigidez -murmuró, no lo sufic
la puerta. Se
que a
no empiecen ni un segundo tarde. Las alertas están sincronizadas con tu rel
. Pero unos segundos después, Marina escuchó lo que parecía ser una risa contenida. No una c
viendo desde su bandeja de entrada como meteoritos
alibri 11, interlineado sencillo. Justificado. Nada de negritas i
subrayó los puntos importantes a mano... con tinta invisible. A simple vista, parecía un documento común. Pero si se acercabas con una l
é es
o upgrade. La información importante.
dió y apuntó al papel. Las palab
es rid
además cumple t
ento, pareció no saber si
re fuis
sí
a... inso
re fuiste tan controla
dejó la linterna en su escritorio, sin de
Luis, uno de los analistas de operaciones con quien ya tenía buen
ientras Marina le mostraba el nuevo cor
as, no escritas a mano. "Caligrafía desigual genera
con una sonrisa sarcástica-. U
o que todos los empleados respi
deas -d
eña venganza inocente. O quizás, una forma de dejar claro
Mateo recibió una notificación en su bandeja de entrada: un formulario
para inhalar y exhalar
oxigenación según
sobre "la frecuencia id
una nota firmada por "El Comité
a vista. Marina estaba al otro lado del cristal, aparentemente concentr
ritorio y le dejó el celular sobre
es
. Me pareció que te vendría
e esto es
s demasiada inteligencia como para seguir gastándola
tensidad. Y luego, para
tiempo... pero tam
e inmediato. Solo lo
os reales. Si eso molesta, estoy dispuesta a irme. Pero s
vez. Y por primer
os para la próxima reu
a lo
y volvió a
poco a poco, sin gritar, sin romper, estaba
o... era que él e