o antes de que el mundo se convirtiera en un caos de vidrio roto y metal retorcido. Mi primer instinto fue empujar a Ma
mis fosas nasales, y la voz de Mateo, quebrada po
, perdóname. Tod
nda gruesa cubría la mitad de mi cara, y un
rré, la voz rasposa.
álidas y tembloros
Los médicos dicen que es temporal, que
tratando de convencerse a
oción. "Te juro que seré tus ojos. Nunca te dejaré. Estaré a tu lado para si
trabajo, me describía los colores de la ropa que elegía para mí, me guiaba por la casa con una paciencia infinita. Se convirtió en mi mundo, mi úni
o riesgo, pero la única esperanza de recuperar la vista. Mat
ró. "Y si no, no importa. Te
oz amable, fue el primero en darme la noticia. "La recuperación s
primera imagen que mis ojos recién sanados capturaran. Decidí darle una sorpresa. Le pedí al hosp
da, una mezcla de nervios y una felicidad que apenas podía contener. Imaginaba su sonrisa, sus o
vendas puestas para mantener la sorpresa hasta el final. Abrí la puerta de nue
uavemente, sonrien
o resp
filtraba por las ventanas del salón creaba un resplandor cálido a través de mis
ía del
Eran dos voces. Una era la de Mateo. La otra,
ó los ojos por un instante, y parpadeé varias veces, acostumbrándome a
nces l
a. Y sobre él, a horcajadas, estaba Camila, vestida solo con una de las camisas de Mateo. Su
lazado por un zumbido agudo en mis oídos. Era una imagen tan brutalmente clara, t
jarrón en la mesita del pasillo. El
en su mirada, ni pánico. Solo una sonrisa lenta y burlona que se extendió por su
sin apartar la vista de mí. "Creo
as fue casi tan doloro
ahora sí apoderándose de su rostro. Se puso de
o es lo que parece
ía la traición en su forma más cruda. Veía
cién recuperada inundada por la peor de las realidades, cuando
acercó a Mateo, susurrándole al oído, pero
o con ella? Ya me tienes a mí. Además, ¿qué vas
ara
silencio, un eco morta
, en silencio, y salí del apartamento, cerrando la puerta detrás de mí. No era solo mi vista lo que había recuperado ese