los ojos. Un dolor sordo palpitaba en su cabeza. Una enfermera le explicó que se había desmayado en la sala de embarque.
pación parecía genuina, pero Sofía ya no podía confiar en nada de lo q
onca. "¿Qué haces aquí? Deberías estar
. Fue solo un rasguño. Vine por ti en cuanto Ana m
legaron demasiado tarde. Él no habí
teléfono sonó. Vio el nombre en la pantalla: "Lucía". Mateo miró el
o, levantándose. "Es de la
lamada en un susurro. "Sí, ya voy para allá... No, no te
teger la conversación. Cada palabra era una daga. El "asunto urgente" era Lucía. El "yo también" e
"Problemas en la producción. Tengo que irme. Pero volveré
o en la frente y sal
selfie de ella en el auto de Mateo, sonriendo con suficiencia. El corte en su brazo estaba cubiert
? Mientras tú te desmayas en aeropuertos, yo me
ría y furiosa. Con cuidado, se levantó de la camilla. La enfermera intentó detenerla, pero Sofía le aseguró que se se
na idea loca y autodestructiva se había apoderad
iempre llevaba escondida. Entró en silencio, el corazón latiéndole con fuerza en el pecho
ente y miró por la
ntada en el escritorio de Mat
razo vendado. "Y me duele más que ella piense que
cariciándole el pelo con una ternur
o sabe lo que dice", la consolaba él. "Tú eres
a, sus ojos llenos de
?", preguntó con una voz infantil
gada de veneno. Sofía contuvo la
puerta, como si sintiera la presencia de Sofía. Pero luego su mirada volvió a
, su voz apenas un su
promesa que sellaba la traición. Lucía rodeó su cuello con lo
las que aferrarse. Lo había perdido todo. Se dio la vuelta y caminó en silencio, saliendo del taller como había entrado, com