abierta a sus pies. Cada prenda que doblaba y guardaba se sentía como un ritual, un paso más para cortar los lazos que la unían a esa vida. Su mente repetía el video una y otra vez, las palabra
Tenía que irse. No por orgullo, no por ira, sino por supervivencia. Quedarse sería permitir que ese veneno la consumiera por completo. Record
ella anunciara su partida, él había intentado minimizarlo todo, diciendo que estaba exagerando, que el video no signific
or", dijo él, acerc
la. El contacto la hizo estremecerse. Su piel, que ante
fastidio y falsa paciencia. "Sofía, ya te lo dije, fue un error
ó doblando una blusa con
podemos hablar de esto como adultos"
encendió. Era un mensaje de Lucía. Sofía no quería mirar, pero una fuerza más allá de su control la obligó a tomar el teléfono. N
un torrente de i
r con ella? ¿Entendió
a, mi amor. Sabía que vendr
que estemos juntos de verdad, sin tener
ue le robó el air
y feliz. Me preguntó qué puesto me darás en tu empresa. Le dije que seré tu as
an. Mantener a Sofía como la novia oficial, la cara pública, mientras Lucía se convertía en su
oalla. Vio a Sofía con su teléfono en la mano, la
puedo explicar
emente dejó el teléfono
tomar", dijo con una
el brazo. "No es lo que parece. Ella es la que me presiona,
de su toque.
lando sin parar, una letanía de excusas y promesas vacías. Ella no lo escuchaba. Su mente estaba fija en el reloj de la pared. A las doce en punto, el taxi llegaría. A las doce en punto, esta vida terminaría. Era