a esa mentira brillante. Era tan hermoso como una trampa: cada capa de encaje, cada perla cosida a

perfecta. Todos reían, cuchicheaban, lanzaban miradas envidiosas. Nadie veía el leve temblor en los dedos de Mía, ni la gota de sudor que amenazaba con despegar la diminuta prótesis de sili

emasiado, si la besaban donde no debían, si

Héctor llegó a su oí

controla una habitación entera con solo mover un dedo. Extendió su mano hacia ella, esperando que cumpliera

los muros de mármol y volvieron cargados de expectación. Era el momento que todos esperaban: la novia radi

no firme en la curva de su cintura. El calor de su palm

la, en un susurro que esp

uían cada paso, cada pestañeo, cada grieta diminuta en su actuación. Por dentro, rogaba que la prótesis si

de pronto, tan bajo que la m

recorrió

stener la sonrisa. El barniz de la máscara

mientras la giraba, la atraía de nuevo hacia su pecho. Su perfume

rozando su oído con los labi

río. No muerdas, no con

a sonrisa ensayada frente a los flashes que chis

garle a los ojos. Sus dedos se clavaron un poco más e

si el velo se desplazaba, si alguien la rozaba demasiado ... adiós a todo. Pensó en su hermana esperá

Héctor la soltó despacio, sin dejar de mirarla. Ella intentó no p

líticos con sonrisas de mármol. Todos querían un fragmento de la novia perfecta. Mía cedía una mejilla, una sonrisa, un "gra

, pero sus ojos la encontraron desde lejos. La observaba. Nunca dej

ja perfecta. El mozo se inclinó, deseándole felicidad. Mía la so

evantó su propia copa y la chocó con la d

sta noche -dijo él, s

e. El borde de la copa rozó

ondió, automát

fino que casi dolía, s

ojos, tan oscuros como un po

, como quien confirm

ágenes: Lara brindando en fiestas, sosteniendo copas de vino tinto, riendo con la c

a, tragando saliva-. Hoy s

a con la yema del dedo, como acariciando la idea

lejó para saludar a un grupo de inversores, Mía sintió cómo la copa

iel arder bajo la prótesis, la raíz de la peluca picarle detrás

as. So

culto tras la penumbra, observándola como un halcón paciente. La copa

arde o temprano, alguien