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Historia
La doble prometida

La doble prometida

Autor: Salej
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Capítulo 1 El Velo y la Mentira

Palabras:987    |    Actualizado en: 02/07/2025

da paso hacia el altar era un paso más lejos de su propia vida. Sintió un cosquilleo en la nuca, justo do

iciente para estrecharle el rostro, alargarle la barbilla y dibujar la sombra exacta bajo los pómulos, igual que Lara. C

falso, si él la besaba demasiado c

rte que le dio náuseas. Tragó saliva. Miró su reflejo en el espejo de cuerpo entero: u

la asistente de Lara, inclinándose sobre su hombro-. Alti

mal disimuladas. Detrás de ellas, dos maquillistas revisaban cada línea de sombra,

eres Lara. Fuiste a la escuela de ballet en París. Te rompiste el tobillo a lo

ueltas, no solo por el peso de la

mes muy dulces -recitó, c

onrió, sa

ñar a todos durante dos días. Luego te va

eudas médicas de su hermano. El cheque que compra

l salón se abrieron c

alfombra blanca -no roja, blanca como una lápida recién pulida-

contenida en sus hombros anchos. Sus ojos oscuros -más oscuros que en las fotos de revista- la

no lo haría. Alzó el mentón un par de milímetros. Forzó una sonrisa

icos, empresarios. Caras sonrientes, bocas murmurando felicitaciones, ojos brillantes de curiosidad y envidia. Nadie

vitados, hizo un leve gesto

. Sintió el roce húmedo de una gota de sudor bajándole por

la mano. Mía colocó la suya sobre la de él: firme, fría, como el mármol. Por un segundo, su pulgar rozó la piel bajo e

ave, metálica. Casi á

o era una pregunta, ni un rep

atiempo -respondió, modulando la voz con precisión q

su mirada, algo se endureció. Sabe que algo

a se apagó. Un murmullo expectan

allaron. Mía sintió cada deste

alazar, te

a se mezclaba con la imagen de su hermano en la camilla del hospit

muñeca. Un toque fugaz, casi accidental, pero Mía sintió la presión de su mi

ltitud felicitarla. Cada beso en la mejilla era un alfiler que la mantenía despierta. Cada c

labios rozaron los suyos apenas. Fríos. Su aliento sabía a

su oído. La forma en que pronunció su nombre

tuvo la pose. F

tibia se abrió paso hasta perderse entre el

temprano, l

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