ía no fue sutil.
Ricardo, a "encontrárselo por casualidad" en sus restaurantes favorito
a noche importante para Ricardo y para mí como su esposa. Yo había elegido mi vestido con sem
aba un vestido rojo escandaloso que atraía todas las miradas
, mi abogado es un desastre con los papeles
ó y se apartó con ella. Los vi en un rincón, sus cabezas juntas, hablando en susurros. Sofía
lación. Era la esposa, pero en ese momento, me sentí como la ot
Ricardo siempre ha tenido
, solo confirmaron mi peor temor. Para todo
o dejó de fingir. Las excusa
ir, Sofía m
o que revisar unos d
speres de
ación de espera. Yo esperaba, él nunca llegaba. El amor y la ternura que habíamos com
recordarle nuestro año de felicidad,
o? ¿No te importa lo que teníamos?"
s vacíos de cualqui
sas. Sofía me necesita ahora.
emporal. Sabía que la esta
l golpe de gracia, llegó
mente ayudando a Sofía a mudarse a su nuevo aparta
el me
una
stro enterrado en su cuello. Ella sostenía el teléfono, sonr
zón se
besando una marca en el cuello de Sofía, una ma
último mensa
marme. Siempre fue m
abía duda, no había excusa posible. El hombre que yo amaba, el padre de m
ra habitación, abrazando mis rodillas, y lloré. Lloré por mi amor perdido, por mi dignid