e la Ciudad de México, pero un frío gélido me c
a, un ritual doloroso que me exigía a
gen: el destello de unos faros, un chir
ial; mi pequeña Luna, una lesión en la co
despojó de Luna, entregándola como un paquete a Valen
verla en la mansión, Luna apa
a Valentina. "Los niños se c
sumió, y abofeteé a Valentina. Rica
de todo. No entendía cómo la mujer q
speración, una voz en mi interior
ielo, Doña Elena, la madre de Ricardo: "Volveré