esó la casa co
dín, se puso de pie de un salto. Era el grito
ón y entró en el salón. El sonido venía de arriba. Subi
lo, saliendo del cuarto de Luna.
Dónde está Luna?" preg
rodando los ojos. "Se tropezó. Estos niños torpe
en silencio, con la mano apretada contra la frente. Cuando Sofía se arrodilló a su lad
un golpe de una caída. La forma del cor
uria que no sabía que poseía. Miró a Valentina, que se había quedado
na con calma. "Te dije que estaba dif
rita de su hija, el miedo en sus ojos. La levantó en brazos,
cipal se abrió y se cerró. Ric
tranquilo. "¿Qué es todo este
contrajo en una mueca de fastidio
igiéndose a Valentina, ign
, encogiéndose de hombros. "Luna se cayó, se hizo
itó Sofía, desesperada. "¡Tenemos que ll
toda emoción. Se acercó, miró el corte de Luna con la distan
labras de Valentina. "Valentina, ponle un poco de antiséptico y una cu
la fría indiferencia de Ricardo, en su completa y absoluta falta de pre
para continuar con su apellido y su imperio. Él, el empresario exitoso, le dio estabilidad económica para su padre enfermo. El co
adió. Miró a Ricardo, d
a voz que no parecía la
"¿Se acabó? ¿Tú crees que puedes term
plicó ella, apretando
ó, intentando arrebatarle a la niña de
ía ex
solo movimiento. Soltó a Luna con cuidado en la cama y, girándose, le dio una bof
a mejilla, con los ojos desorbi
a por el brazo, con una fuerza que le hizo d
erida, Ricardo fue hacia Valentina. L
va," le susurró a Valentina, lo sufici
n final. No solo la había abandonado, la había reemp
alando la escalera. "Segurida
e la matriarca, Doña Elena. Sabía que ella estaba allí, que lo había esc
éfono en la mano, como si estuviera a punto de hacer una llamad
spectáculo ta
a a su amante," dijo Sofía, con l
lo que hace. Es lo mejor para todos. Sobre todo para la niña. Necesita est
na amenaza, sino como una declaración de
Haz lo que creas conveniente, quer
o y a la víbora de su amante. Al bajar las escaleras, no miró atrás. El llanto de Luna la siguió como una s
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