a esquina, el "síndrome del nido" me
que le temía a la pobreza, sie
o Pago en mano, sus ojos se posaron en
morosa, se volvió hielo: "¿Estás infl
, al Punto de Entrega de la comunid
los papeles de mi estado de cuenta: "¡Explícame esto! ¿O
miga" Sylvia apareció, y con una malicios
mis aguas romperse en el suelo, mi esposo se detuvo,
medianoche consolaba a mi marido, dici
ue encontré escondida en su armario lo con
oble vida, ¡con d
ofetear y dejar tirada, me esperaba una ce
o sin dolor" de cien mil pesos, mientras yo
de "estaba estr
ez era su
o el divorcio, sino
ia, a veces, tie