y corriente, pero su mente estaba llena de tormentas. Las líneas de su rostro eran las mismas que las de Vanessa, pero ahor
torio y responder llamadas; debía actuar, pensar y moverse como Vanessa. Había que aprender sus hábit
de no levantar sospechas. Cada detalle contaba. Las llamadas telefónicas, los mensajes, las reuniones,
lleno de anotaciones, datos personales, fechas importantes y hasta el menú favorito de Vanessa. "E
eléfono, nombres de clientes, incluso el calendario de eventos empresariale
aba con una mirada analítica, como si evaluara cada palabra, cada movimiento.
n firmeza, intentando imitar el tono y la seguridad que r
ticas duras de Alejandro, quien no toleraba la más mínima falla. Sus palabras eran afiladas, s
eocupación asomaba. Sin embargo, esa preocupación no era suficiente para hacer qu
baba la identidad, y a veces sentía que se perdía a sí misma en el proceso. Las dudas la ata
Vanessa. La abrió con cuidado, y sus ojos se llenaron de lágrimas al leer las palabras escritas con tant
Decía que era la razón por la que Vanessa estaba asustada, que su vid
era una actuación, sino una misión peligrosa. Tenía que descubrir q
a vez desde que Vanessa desapareció. No solo por el miedo, sino por la
a más reservada, otros que parecía más nerviosa, pero nadie se atrevía a cuestionar directamente. Alejandro observaba todo en
n la oficina, revisando papeles bajo la luz tenue. Se acercó si
r mi secretaria, estás entrando en un mundo donde
, sorprendida p
a mi hermana -respondió con firmeza-
amente, como si recono
e fuerte. Porque e
re. No era solo una sustituta, era una guerrera en un campo de batalla
frentar el siguiente día. Sabía que la transformación era irreversible. Ahora