img Soy el Trueque de mi Padre  /  Capítulo 3 - Hija y padre. | 60.00%
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Historia

Capítulo 3 - Hija y padre.

Palabras:1325    |    Actualizado en: 19/06/2025

an levemente cuando creía que nadie lo observaba. Lo estudió en secreto, incluso cua

miera que desapareciera al pestañear, como si sospechara que estaba soñando con una mujer que no podría volver a tener.

s de una sola noche vendada, sin una máscara, no era tan diferente a

ombres. S

implícito de los que no pueden q

esas sábanas, con los ojos vendados y el alma desnuda, Eloísa se permitió se

recibió a Paolo en su departamento. Hablaron de nada important

or, bebiendo agua de tamar

eñor Ian Gedri. Sé que tien

Y te lo iba

e ibas a h

no he teni

mpo,

con la cab

tes, porque ayer me secuest

tás

en ese tiempo en que dejamos la ciudad para visitar a mi hermano en Torungas, pensó que me habías hablado de é

ja... Que hayas

hibido que tu gente supiera de mí más de la cuenta. ¡Por Dios! Ese hombr

en serio

olo fijo-. Por favor, no vuelvas a jugar en esos salones con esa clase de sujetos -dijo con desagrado-

ener juegos arriesgados, pero entretenidos. Paolo era un gran jugador, y quedar en deuda, agregando un atractivo trueque

ero ahora necesito que te ve

e robusto, encantador, que la conocía bien. Tal vez era un Obrel, no lo sabía con certeza. Era atento

ix? ¿No se enc

só. Habló

a verlo? Si no está relac

. Sé que te has negad

es,

olví a jug

o te o

a ganancia", mientras ve

ractiva. Y solo qued

-repitió Eloís

para cubrir el true

Solo para tenerme o

ió Paolo, si

jo a su padr

. No como un trueque de una sola vez... ¡te lo advierto!

No podía negarme. Sabes bie

te los que caes de ro

trueque seguimos con vida. Sab

ceder el trueque con las mismas personas. Y te lo digo una vez más: si me doy

menaces,

Es una advertencia -term

r los vasos sucios, llevándolos a la cocina. Comenzó a lavarlos mientras escuchaba mú

de ver a esos hombres, como al señor Fiero y otros. Sabía que su padre tenía vicios y g

secó las manos con

ue

a, E

ira,

mo e

né de lavar

ería preguntarte: ¿quie

os presentare

Sander consiguió que

es los

bo irme. Teng

la

cendió la televisión un momento, luego fue a dar

reflejo la duplicara. Sentía que se dividía entre la mujer que saldría e

ían... y menos aún volvían igual. Paolo hablaba de ese lugar con respeto y miedo, como quien ha caminado al borde del abismo. No era otro m

emasiado peligrosa para decirse completa. Seres que cruzaban entre mundos, que traficaban con deudas, cuerpos, recuerdos. Muchos ya no eran d

saba cuando pensaba demasiado en Obrel. Desde aquel pacto silencios

sha volvían al escenario: Sarina, Salvador, Sander, Santiago...

cudo. Esta noche sería la voz de su banda, pero también la mujer que

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