en un torbellino emocional. Desde que había escuchado que Alejandro atravesaba un mal momento, su mente no había dejado de dar vueltas. La advertencia de su madre resonaba en su cabeza: "No
én los momentos en que sus ojos reflejaban una tristeza profunda. Había algo en su mirada que la llamaba a acercarse, a
se acercó a su amiga Clara. Con voz temblorosa pero firme, le pidió permiso para ir a buscarl
salo bien. No es solo un chico; hay más en juego aquí", advirtió. Pero Valentina sabía que no podía dar la espa
ar oscura y llena de incertidumbres, pero Valentina estaba decidida a iluminar el camino p
s. La imagen de su madre advirtiéndole sobre los peligros de involucrarse con alguien como él s
corazón, impulsado por una mezcla de amor y compasión, la guiaba hacia adelante. Recordó las conversaciones profundas que hab
. En ese instante, una oleada de miedo la invadió; ¿y si no le abría? ¿Y si estaba demasiado sumido en su dolor como para responder? Pero entonces
argaba. Su mente corría con posibles escenarios: desde una cálida bienvenida hasta un silencio ensordecedor. Pero sabía que tenía que estar lista pa
ntraron, y en ese instante, Valentina supo que había tomado la decisión correcta al enfrentarse a sus miedos. No