n juego. Todo termi
me pregunté re
ba respirar, mis manos temblaban, mi mente
s que la recordé. Hacía mucho que no pasaba. Este dichos
oemas y relatos literarios completos con la gracia de los mejores actores de teatro, au
ir un moment
ía, de seguro me pondría a recitar poemas o historias delante de su amiga, quien quiera que fuera. Como una s
lar, me sentaba en la cama, me pasaba a la mesa, nada parecía cómodo ni me distraía ese
enerada en mi desde la infancia, que hacía que me moviera antes de que me llamaran tres veces
por las botas de tacón que utilizaba, su cabello por debajo del cuello, perfectamente peinado y arreglado, un
a los ojos. Para mi sorpresa, su gesto fue sonreír pícaramente. Tardé u
y asiduo a los gestos excéntricos, así que la estreche con fuerza, tratando de mantener mi
famoso hijo?– dijo co
des acerca de su maravilloso e inteligente hijo eran comunes, aunque siempre pensaba que sus expectativas
ontestó finalm
a manera de recitar poesía y me pidió una m
maltrecho darle premura" y sonreí al recordar que era una forma elocuente de decir "al mal paso d
ala, de tal manera que amba
uando y
uiles
o muera no te v
diéndote como
as «pat
ecindari
rlas compres go
al lado de mi
a tus
eclina
amada, se acerque
de brazos en ac
rda cuando algún gü
, que he que
no oye ni com
comente que
o muera no te
ro ser
os de
amada, no te e
s muertos estil
amada, formar l
anuncien que l
oco vayas
sear el nombre que
mada, que te
in mí t
«Tomo y
erte, con la v
talles de mi
muera no hagas l
estilos, no re
las de olvido qued
mundo que fui un
mi selección, sin embargo, su amiga me miraba
nteresante!– comentó
tuyos al decir que tienes
en que mis piernas comenzaron a temblar, sentía que m
– dije esperando que no se notara
la, pero su mano en mi cabeza me obligó a poner la cara en su pecho, en sus enormes y suaves senos, que parecían querer salir de aquel vestido, no pude evitar respirar profu
uen chi
éndome con la mano regresé a mi habitación. Al cerrar la puerta me ruboricé aún más, los nervios no me habían dejado darme cuenta de
salir, lo sentí más caliente de lo que lo había estado jamás; sólo podía pensar en un lugar donde lo quería en ese momento, aq
mi cuarto aún sabiendo que estaba en la sala. Yo sólo p
stás ha
té de mi cama sin saber cómo ocultar mi p
que, yo– titubié p
ular las palabras,
me imposibilitaba que pudiera guardarlo en mis pantalones; ella camin
– dijo co
angre a mi cabeza, como para pensar que una amiga de mi madre estaba ahí y en cualquier momento
arla, pero le dije que prefería esperarla, así que, compórtate c
bándome, mientras me miraba fijamente, al acelerar mi mano, ella se puso de pie y levantando su vestido se quitó la ropa interior, tomó la mano con la que s
lvería loco. ¿Por qué le hacía caso? ¿Por qué me dejaba dominar así? Comencé a
pie y acér
nos, llenarlos por completo de mi semen, dejando mi marca en ella, pero
e– me
on más intensidad, hasta que
dije con la vo
e llegar. Sentía que me desmayaba, pues aún después de descargar por completo, ella sigu
un chico muy bueno, ¡q
y sentí vergüenza, pero ella no dejó que eso afectara el momento y a
es un regalo para ti, no
rimera vez, pero