ban por todo el lugar, anunciando la llegada de una boda que no traería más que resentimientos y sacrificios. Aurora, hija única del Conde de Raval, estaba parada frente al e
, sino una estrategia política que la obligaba a
ción de ver el matrimonio como algo romántico, sino más bien como un contrato para consolidar su dominio. Pero lo que más la dolía no era su destino, sino el hecho de que su esposo,
. Al ver a Aurora caminar hacia él, con su rostro lleno de confusión y resignación, Maximiliano no pudo evitar un deste
enemistad profunda. Aurora veía a Maximiliano como un hombre que había arruinado su vida, y él, por su parte, veía en ella la repres