in piedad, especialmente cuando cada día era una repetición de soportar el carácter difícil de mi jefe y de enfrentar mis propios problemas. No tenía familia a la que a
básicas con el sueldo que ganaba en esta empresa. Deudas, cuentas acumuladas, pagos atrasados... el dinero siempre escaseaba, y cada mes
algo valioso o necesario. Frío, controlador y un completo mujeriego. Cada semana lo veía cambiar de acompañante, y todos en la empresa susurraban sobre sus interminables aventuras y sobre su carácte
abel, parecía ejercer una presión implacable sobre él. Daniel no era el tipo de hombre que solía mostrar debilidad, pero incluso yo, a lo lej
éfono de escritorio. Su voz se escuchaba extraña, como si
que vengas a mi
ardé algunos documentos en la carpeta que llevaba y me dirigí
u escritorio, pero en lugar de la pose arrogante que usualmente mostraba, parecía...
r Altamirano? -pregunté, manteniendo el ton
dos, dudé que realmente quisiera
silla frente a él. Algo en su tono me hi
en silencio unos segundos más, como si estuviera bus
como si hubiera estado reteniendo esas
varias veces. No podí
egunté, todav
in una pizca de h
ecesito una esposa...
ano, ¿buscando esposa de repente? Aquello parecía sacado de una de esa
-intenté decir algo coherente, pero él l
onfiar para que esta situación no se salga de control. -Su tono era firme,
de entender el p
-pregunté, intentando sonar neutral aunque sen
el cabello, una de esas pocas veces
ura cayera sobre él-. Está empeñada en que me case. No confía en que pueda liderar la empresa sin estabilidad,
jercía un control casi absoluto sobre su hijo, y más aún sobre la empresa. Daniel siempre había que
solución a tus problemas?
imagen estable y profesional. No harías preguntas innecesarias ni me buscarías para otra cosa
ante sus palabras. ¿Así que tambi
a a resolver todos tus problemas con
ondió, en un tono sombrío-. Es el futuro de esta empresa, Clara. Isabel cr
lgo parecido a la compasión,
na fachada? -dije, tratando de entender
jos intensos mirá
e para consolidarme y demostrar que puedo liderar sin interferencias. De
talles de su propuesta: el tiempo que duraría el acuerdo, la suma de dinero que recibiría al fin
ía. Esa cifra era suficiente para cubrir mis deudas, asegurarme una vida esta
a los ojos-. Hay cientos de mujeres que estarían dispuestas a hace
nrió ligeramente, una son
o control. Sé que no te aprovecharías ni intentarías hacer de esto algo más de lo que es. Con tu ayuda, esto parecerá n
tentadora. Mis problemas económicos podrían desaparecer en un instante, y todo por fingir ser la espos
stuve entre mis manos, m
almente, sin poder ocultar
e una leve sonrisa que
e necesites. Solo espero que tomes
. Justo antes de salir, me gir
as, Daniel, no soy al
o, y en sus ojos vi una chi
ara. Por e
ara de entrar en un juego peligroso, uno en