compartían, Ekaterina y Alessandro revisaban los últimos informes sobre los movimientos de la familia rival. Las palabras
do el dossier con fuerza. Su expresión era grav
con los Moretti se volvía cada vez más destructiva. Sin embargo, había algo más en juego. A medida que trabajab
os perderlo todo -advirtió Ekaterina, s
los de ella. Había una chispa entre ellos, una m
ndió, su tono un susurro que resonaba en la hab
iera. En ese momento, comprendió que cada decisión que tomaban no solo a
Ekaterina, enfrentándolo con una mirada desafiante. -¿
imperturbable, pero en sus ojos
ncia. Si no luchamos con todo,
ro también la llenó de dudas. La lealtad y
na, intentando recuperar el control de la conversa
os se hacía más difícil de ignorar. Las palabras se convertían en miradas, y las miradas en algo más profundo. Sin embargo, ambos eran c
, aprovechando la oscuridad y el caos para obtener información valiosa. A medida que se acer
vestido para impresionar y a la vez ocultar su verdadera intención. Ella, con un elegante
forzadas. La familia rival estaba compuesta por hombres rudos y desconfi
ctúa natural -susurró Alessand
ecorrer su cuerpo. La emoción de estar tan cerca de su objetivo la impulsab
, notando su inquietud. -Co
crucial, pero cuando estaban a punto de retirarse, la situación se tornó peligrosa. Un hombre de l
edes aquí? -pre
alquier movimiento en falso podría desencadenar una gu
no les importa, preferiríamos s
paros y una lucha por la supervivencia comenzaron. Ekaterina se sintió atr
ntras las balas silb
sus hombres. Mientras corrían por las calles de Roma, el pe
respiraron con dificultad, sus cu
ntó Alessandro, su p
o que sentía. Habían arriesgado mucho, y la línea entre la
de optimismo. Pero dentro de ella, el miedo comenzaba a c
solo eran aliados; la batalla por el poder los había unido de una manera profunda y peligrosa. Pero el futu
n atrapados en un juego donde la lealtad y