AÑOS A
rado ya había desaparecido, la posó en su regazo y le acarició la mejilla como si se tratara de una muñeca de cristal punto de romperse. Los ojos de la chica lo miraron con compasión, eran de un color intenso, como si se tratara de una noche sin
menzaron a ser más intensas, él la acercó a su pecho levantando su camisa presionando con más fuerza la herida que ella tenía e
negaba a estar ante aquella situación, en ese instante se echaba la culpa de
lo sé, lo reconozco, pero en este momento te pido solo una cosa, ayúdala, no la dejes morir, ella es todo lo que tengo, no se lo mer
voz apenas audible – perdona todo lo que sucedió en estos me
a otra la rodeo, miró alrededor en busca de algo que lo pudiera ayudar, aquel estacionamiento estaba vacío, el único medio
ahogo un grito, una bala le había roto un par de costillas, se estaba des
dijo entr
en la milicia como para saber que por la posición algun
rrando a la poca fe que le quedaba, estaba convencido de que algo tenía que pasar, sabía que había que había sido un imbécil, pero estaba convencido que Dios n
ujer de su vida, la chica con quien había soñado un futuro, ella le miró dándole una tierna sonrisa, poso su
ía referido, él era el culpable de la mayoría de sus desgracias, ella trato
minutos la colocó con mucho cuidado en el asfalto frio, se levantó, sacudió su ropa ensangrentada se dio la vuelta comenzó a caminar hacia su motocicleta, allí había d
ía todo, pero a es
había propuesto, más el culpable siempre se escabullía, sin embargo él seguía aferrándose a la promesa, en cualquier