o había estado en su sitio de trabajo cuando ella corrió al baño, se encontraba en uno de los cubículos, no ha
ces esto? – imploró de
quier persona se acercaba para entablar amistad, era bastante frustrante tener no poder asociarse con ningu
aguantando las ganas de echarse a llorar otra vez, se enjuagó la cara con afán quedando al natural, se dijo a sí misma el dicho que siempre le decía
A la morena le comenzaba a fastidiar la presencia de la chica – te estaba buscand
en el estómago y vómitos me voy a retirar – se sacudió un poco la ropa dirigiéndose a la puer
apresuró a decir – Te
espondió molesta
a pisar la oficina, no ese día, sentía que acababa de hacer la más grande estupidez de su vida. Parada en frente del edificio se quedó pensando, volteo mirando hacia adentro, ya era hora d
ra con actos chuecos o sobornos conseguía siempre lo que quería, necesitaba tenerlo controlado y si no podía contra él se le uniría, buscaría como idear un plan para tenerlo control
rte alguno la llevaría gratis. La calle estaba bastante transitada, era viernes, muchas personas salían de sus trabajos a disfrutar de un buen fin de semanas y otras salían a disfrutar. Dayla quedó ob
il ochocientas horas volvió a mirar hacia el
ita interna en su cabeza – claro que he estado – se respondió mentalmente a si mism
l lugar, el hombre de seguridad la miró de arriba abajo, ella le sonrió ne
entrar hacía un momento, éstas reían y coqueteaban con el chico de la barra, las miró por un momento y sintió vergüenza al recordar su aspecto en el baño de la oficina. Buscó rápidamente el baño, se paró frente al es
ose un poco el cabello a modo de peinarse, no se veía mal, sin embargo as
ndose en el espejo – si te vas no vas a
abrió mostrando a una perfecta chica rubia de ojos grises, la chica era verdaderamente hermosa y su vestimenta era perfecta, l
. Dayla la miró sin saber que decir – He visto co
– titubeó
, le aplicó un poco de labial y sali
con el dedo para bajarle el tono, se sentía más tranquila, la chica hab
ste le sonreía a la rubia que le había aplicado el lápiz labial. La chica le hablaba con él recostada de la barra, este solo asentí, no estaba muy lejos de ellos pero no lograba leer sus labios, la chica le
a medir 1,75 de estatura, ojos claros, cabello negro, un candado bien afeitado dibujaba su barba, recordó cuanto le gustaban los h
seguro que esa rubia lo es, aunque si lo des
había creado y mantener un perfil bajo y después de lo acababa de pasar con su jefe aún más. Era evidente que cualquiera con influencias y que supiera utiliza
Primera vez que te veo, suelo recordar a las
decirlo se avergonzó, qué pensaría él de ella – es decir, no es mi p
manos en una copa – tranquilízate, obviamente no tienes q
do que no tenía ni un c
sacan debidas a los hombres? – Preguntó mirándola ser
untó confundida – ¿
xo a cambio
no, yo no doy sexo ni pido bebidas a hombres, salí del trabajo y olvidé mi cartera, yo no... lo
an cualquiera cantidad de mujeres que te sorprendería, pero para que veas que soy buena onda y por ser tu prim
respondió ella te
ondió el dándole un bes
uevamente se ruborizánd
o a un grupo de jóvenes que había llegado – si necesitas algo más
itar toser y arrugar la cara, no solía ingerir alcohol y aquella bebida esta
hicos y sus ocurrencias, este volteó a mirarla y ella desvió la mirada, su mirada h
a gran vergüenza para mí – se respondió – no lo sabrás si no preguntas – apuntó la voz – nuestro e
de ella, tomo otro sorbo de su bebida y se retiró de a
el nombre del bar – discoteca TWD. Sonrió de medio lado recostando la cabeza del asiento, h