dejó a quemarropa. El problema es que me dolió pero no pedí intentarlo de nuevo. No tenía caso. Tampoco me explicó mucho el porqué, se limitó a decir que yo no era l
hasta el final quise salvar su org
que hacen que el helado se vuelva salado. En cambio estoy buscando ahogarme en alcohol en un bar y esperando po
mañana, era porque íbamos a cotorrear como siempre, quizás encontrar a alguien para bailar y como no, darnos unos chupitos.
hico que solo debe tener una foto mía y del cual no conozco su cara, sólo se su mote, Lian. Al menos me garantizaban la calidad del 'producto'. Juraron que iba a pasarlo bien. Nunca he tenido un encuentro de estos con alguien a quien no conozco p
mi libertad''. Me recordé. Al garete todo. Voy a
he perdido hasta mi
i que mi propio padre me está obligando a formar familia con un viejo insí
a que era quien conducía. Hacía tres años, mi vida había cambiado, las rutinas era nuevas para mí, mis supuestos hobbies no parecían correctos y para cuando salí del hospital,
que averiguar por quién. Giré a todas partes en busca de esa mirada incisiva. Me saludó un hombre, en un extremo de la barra donde desfilaban l
mi lado sonriendo. – ¿P
ión aún no se iba y me estaba poniendo nerviosa. El insoportable hombr
escaradamente a mí y me tensé cuando puso una mano en mi muslo. Me separé poniéndome de pie
No seas tímida. – espetó agarrándo
aldije en alta voz. Un chico, no, un hombre alto y muy el
ontra alguien con más músculos que tú. Al menos él herido no pudo. Sólo volvió a mirar hacia el suelo callado sin move
. El horror asomándose en su cara. –Si la tocas de nue
ra parejo. Incluso me pasó por la mente querer hacer mi parte en su espalda para probar mi teoría. Tenía labios finos y rosas, esos ojos tan profundos color verde pálido como hielo me hicieron perderme en su mirada hasta que me regaló lo que intentó ser una sonrisa, la cual me pareció lo má
a mañanera, un toque reconocible de
ede ser ¿Cómo que no, ton
era el dueño del lugar, o lo suficientemente rico como para botar su dinero en cualquiera. Pero yo no
pero voy
da para evitar envenenarte. Sólo acompáñame. – y como odié el sarcasmo en esa c
o odias. No puedes amodiarlo'' silencio su
Espera ¿antes me llamó princesa? En otros tiempos y viniendo de otra persona,
ermitían divisar las caras y a veces, si cambiaban el color, podías distinguir colores. No, esta sala era mediana, con la iluminación parecida pero más clara, había una cri
se sentó con confianza y en ese silencio perturbador y comenzó a beber. Y, de nuevo, ¿qué hacía yo aquí? Miré con susto a una especie de guardaespaldas detrás de él
y su continua pasada de lengua para humedecer sus labios, me ponían nerviosa e incómoda.
pañantes. – como si no fuera obvio que cuando se alquilaba un
ó un trago mientras ocultaba una mue
Una chica con un vestido exhibicionista y brillante se sen
pensé antes de tragarme mis palabras. Comencé a levantarme
tomé mi puesto y la chica salió de lo más indignada de la sala, el sexy pelirr
uvo toda la noche mientras bebíamos. Porque si, a pesar de mis palabras antes, había acabado compartiendo con él ya que no hallaba nada mejor que hacer.
otellas irlandesas que me dejaron en knock out en poco tiempo. Habían inhibido mis sentidos casi por completo, hasta mi escucha la q
endo arrojada a la cama mientras el chico elegante, devoraba mi boca. Me vi fácil como una adolescente de quince pero había algo en él que no me
spalda sin saber qué hacer a continuación. En mi mente estaban, las palabras de mi reciente ex, no sabía qué era verdad ni qué mentira. Estuve decidida a de
de mano áspera. Su agarre era firme y temí ser yo quien saliera con marcas en mi piel. No me import
an de mis ojos y me consumía mientras perdía el control s
s todo