hayas traído a esta puta clínica!
perando al médico, que f
muerzo con una rubia. Porque mi querido
ir cita con esa mujer. Sabemos muy bien que no es
importante! ¿O crees que un hombre de mi tamaño se va
de un lado a otr
ó hacia la puerta para ver si había llegado el médico. Al no hacerlo, volvió a mirarme. - "No olvides que delante de los prove
rabajo. También... llevo es
TA! -
ó allí un rato. Está angustiado, nunca le había visto así. Claro que es normal que se preocupe por mí, porque sólo me tiene a mí. Nue
y después de que termináramos la escuela de negocios y la ingeniería civil. Si no me equivoco, están en Cancún
ora. ¿Es raro que piense en ellos ahora? Nunca me
la cabeza gacha, apoyado en la pared. 'Creo que está intentando disimular... Pe
dico? Seguro que eso no es bueno. Dejé escapar un susp
tir con él. - Sentémonos allí. - Le puse la mano en el hombro. Levantó la c
uimos a la silla y nos sentamos. Pront
No podía e
ue es eso...", dijo el médico, dejando una carpeta sobre la mesa y acercando una sil
ER UNA PREGUNTA? - salté de mi silla
seguí mirando fijamente al hombre de la bata blanca que tenía delante. Entonces me di cuenta de que miraba
e senté. Le pedí educadamente, por supuesto, que continuar
. -Se inclinó hacia delante con los brazos sobre la mesa. - "Y s
dicho? ¿Qué había dicho? Podría hab
. - Abrió la carpeta, miró un rato los papeles,
dije sonriendo echándome hacia atrás en la silla. - "Mira, no me hagas perder más tiempo. Apunta mi medicina en esas
estresado. - Hizo una pausa. - Tiene
DICHO? - Le
levanté de la silla y m
EDE SER!
ndo la mano negati
rmuré. - ¡ESTE PUTO EX
édico con indignación. ¡Maldi
o levantó los brazos y vino h
e miré. - ¿QUE ESTOY ENFERMO? ¡CON CÁNCER! ¡ESTO ES UN PUTO CÁNCER!
fender con usted. - Advirtió, señalándome. Justo cuando iba a responderl
RA YA, MIERD
. Me quedé en el mismo sitio y él se llev
itor! - Negué con la cabeza
" Levanté la mano para coger la suya. Luego mir
ERQUE CARVALHO!
sí me llamaba nuestro padre cuan
acercó más y volvió a pon
ne sentido decir que no, pero sé que tie
equeño. - "No quiero morir..." dije y mi
ano de la cara y me la llevó al
Cerré los ojos y sentí que
za. Entonces se apartó y me dio dos palmadas en el hombro. Enseguida volvimos a sentarnos en
*
, después de oírle explicar la enf
el doctor, y echó otro vistazo a los escáneres. - No está
egunto. Me reclino en la sil
r. Estos fármacos se mezclan con la sangre y se llevan a todas las partes del cuerpo, destruyendo las células enfermas que están formando el
untó Bernardo, mirando
os secundarios. - Me incliné hacia del
darios? - pregunté,
el cabello, diarrea, vómi
la mano, haciendo que dejara de hablar. Luego me
l doctor! - preguntó
y a hacerlo! ¡Prefiero morir a
? - Bernardo volvió la cara
y, si lo eres, puedes ayudar a tu hermano, ya que su leu
queño, que se había acercado a mí. Asentí y negué con la c