/0/4083/coverbig.jpg?v=717b0be66cb1bc5ca8ff01366d712890)
Dara empieza un nuevo trabajo como encargada de recursos humanos en una de las empresas más importantes de su país. Al firmar el contrato supo que cosas buenas vendrían a su vida, pero no tuvo en cuenta que el señor Belial, su jefe, no le dejaría el camino tranquilo para cumplir sus propósitos. Con el carácter infernal que lo caracteriza y su extraña manera de actuar, y Dara con la manía de hacerle la contraria en todo, ambos deberán saber trabajar juntos, aunque eso conlleve no dejarse llevar por sus impulsos, o peor aún... Saber dominar el deseo que a ambos los desquicia.
Me acomodo en la silla por enésima vez y observo los papeles que estan sobre la mesa delante de mí. He perdido la cuenta de las horas que llevo sentada, solo sé que mis piernas comienzan a entumecerse y el trasero me dueke
-Dary, ¿que tu acaso no piensas comer algo?-me cuestiona Diana desde el otro lado de la mesa.
Levanto la vista y la veo parada con los brazos cruzados observandome con el ceño fruncido, como si estuviera regañandome con la mirada. A veces se toma muy a pecho el hecho de ser un año mayor que yo y me trata como si fuera su hija.
-Todavía tengo cosas que hacer-musito volviendo la vista a los papeles.
Escucho como se dirige a la cocina y no tarda mucho en prepararme un sandwich. Me obliga a dejar los papeles y a devorar el aperitivo que me preparó. No pude negarme, moría de hambre.
-Mujer, ¿Cómo piensas tener el mundo a tus pies si ni siquiera comes algo?-se queja mientras se sienta frente a mi.
Alzo la vista y la miró incrédula.
-En estos momentos en lo que menos pienso es en tener el mundo a mis pies-digo, antes de comer otro bocado.
-Si yo fuera tú-me señala-en este momento estaría alisandome el cabello, preparándome la uñas o cosas así.
-¿Pará qué?-balbuceo.
-¿Cómo que para qué?-frunce los labios-. Dar, es tu primer día en el trabajo, tienes que dar una buena impresión. Además, ¿quién descarta la idea de que tu jefe sea un hombre guapísimo?-me brinda una sonrisa socarrona y pareció muy divertida.
-Punto número 1-levanto el dedo-, no me interesa impresionar a nadie con mi belleza, solo quiero demostrar lo que valgo-comento decidida-. Y punto número 2, el jefe me interesa en lo más mínimo, de hecho lo más probable es que sea un hombre de avanzada edad, un poco obeso y para colmo, cascarrabias.
-¿Por qué siempre le quitas lo divertido a todo?-rueda los ojos-. De todos modos, puede que tú te equivoques, y al final el Señor... ¿Cómo decías que era su apellido?
-Fontanet.
-¿Lo ves? Hasta el apellido es sexy-sonríe y suspira.
-Lo que veo es que tú estás alusinando.
-Cómo sea. Lo que quería decir es que no hay que perder la esperanza de que por fin te toque un jefe que no sea un imbécil, o que al menos sea guapo.
En cierta forma yo también lo espero. Es decir, no espero a un jefe guapo como dice ella, sino que espero a un hombre que no se pase diciendo incoherencias o que lo único que mejor sepa hacer sea coquetear con las empleadas de la empresa. Mi antiguo jefe era de lo peor si tuviéramos en cuenta esos puntos que mencioné, y ni hablar de que ya pasaba los 60 años de edad y al parecer las pastillas azules habían afectado su cerebro, ya que pensaba en muchas cosas asquerosas, que no dejaba de recordarnos a todas las mujeres de allí. Por ese y otros motivos más había decidido dar fin a mi estadía como empleada en la empresa Coval, una compañía que se encarga de la fabricación y distribución de productos de limpieza.
Por suerte no tardé mucho en encontrar nuevo trabajo como encargada de recursos humanos, solo que esta vez en una empresa logística que se encarga de la distribución de medios de comunicación a nivel internacional. Hace pocos días firmé el contrato pero en ese entonces el dueño, y también gerente general, no se encontraba, así que no tuve de otra que cerrar el contrato con la jefa encargada en ese entonces.
Y hasta el momento lo único que sé de mi jefe es su apellido, ya que eso fue lo único que me habían dicho.
-Solo espero que me vaya bien-digo al cabo de unos minutos.
-Yo también espero lo mismo-sonríe-. Pero te lo vuelvo a decir, no pierdo la esperanza de que al menos conozcas a un hombre guapo en esa empresa-hace un guiño con el ojo.
-Y si así fuera ¿que?-me encojo de hombros-sabes que no estoy a favor de las relaciones amorosas en el trabajo, me parece anti ético.
-Pero si la relación solo se consuma fuera de la empresa no es anti ético.
-Si lo es-reitero-. Pero ya, deja de decir babosadas. Así estoy bien, concentrada en el trabajo sin pensar en ningún hombre.
-Y virgen.
La miro con mala cara y ella solo se echa a reir. Ella es la única que sabe sobre mi patetica vida amorosa y mi situación virginal, y no pierde tiempo en tomar eso como burla o algo por el estilo, y a pesar de que no me importa mucho, a veces me irrita que no deje de mencionarlo.
Me tiene sin cuidado el hecho de que con 24 años aún sigo virgen.
Es completamente normal.
¿No?
Diana anuncia que se marcha a dormir y me deja sola nuevamente en la sala, con mis papeles y mis ideas raras. La mujer con la que había firmado el contrato me había pedido que redactara una serie de listas en las que debía detallar mis virtudes, defectos y deseos en cuánto a mi desempeño laboral.
Y pues en eso estoy.
Tardó aproximadamente media hora más en terminar las listas y observo la hora en el reloj que se encuentra colgado en la pared. Al ver que ya son las 10 p.m. decido que es momento de ir a dormir.
Pero antes me encargo de acomodar todos los papeles para poder tenerlos en orden.
Mañana será un gran día.
Primer libro de la bilogía Andersen. Paula Dohmen siempre ha llevado una vida regida por las reglas, por la normas, y por la decencia. Ser chica buena siempre ha sido su lema. Siempre manteniendo claras sus ideas y metas, no habia nada que pudiera hacerla flaquear o perder la cabeza. Pero entonces por capricho de la vida, conoce al doctor Andersen, quien la hará ver que no siempre podrá resisitirse a las tentaciones y que él será su mayor motivo para perder la cordura. Sin embargo, él no busca nada más que placer asi que propone un trato: disfrutar, sin que nadie se enamore. Y queriendo salir de la rutina, y viéndose atrapada por su hipnótico sex appeal, decide aceptar el trato, sin medir las consecuencias que eso traería. Por una mala decisión, se ve envuelta en un mundo de sentimientos encontrados, corazones rotos y amores no correspondidos. "No te enamores, o saldrás lastimada."
Su vida era perfecta hasta que conoció al hermano mayor de su novio. Había una regla en la manada Night Shade: si el Alfa rechazaba a su pareja, perdería su posición. Y la vida de Sophia estaba relacionada con esa ley, pues era una Omega que salía con el hermano menor del Alfa. Bryan Morrison, el Alfa actual, no solo era un hombre de sangre fría, sino también un encantador hombre de negocios. De hecho, su nombre era suficiente para poner a temblar a las demás manadas, pues era conocido por ser muy despiadado. ¿Y si por un giro del destino su camino se entralazaba con el del Sophia?
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
Clarissa Chapman, un día, al entregar preservativos a una habitación de hotel, descubrió que su cliente era su... ¿prometido? ¡Atrapó a su prometido y media hermana en la cama! ¡Solo entonces Clarissa se dio cuenta de que su novio de seis años la había engañado! ¿Qué es más ridículo? Su padre dijo que era porque ella no era atractiva y su hermana lo merecía más. Dejó a su prometido idiota, ¡se encontró con su Sr. Correcto en una aventura de una noche! Espera... ¿por qué este hombre se veía exactamente parecido al CEO multimillonario - Anderson Jordan en la televisión? Anderson era de muchas cosas, guapo, considerado y leal. Nunca imaginó que un apuesto como Anderson se enamoraría de ella, hasta ese día... Su familia de pesadilla la encontró, tratando de arrastrarla al pasado miserable... otra vez...
La felicidad era como un espejismo para Rocío Ouyang, cuando más se acercaba a la felicidad, más se alejaba. Ella acababa de casarse con Edward Mu, pero en su noche de boda todo se derrumbó. Dejando a Rocío embarazada, Edward la abandonó en su noche de boda. Pasados unos años, Rocío renació por completo, cambiando totalmente su personalidad, convertiéndose en la única coronel del ejército. En este momento Rocío comenzó a reflexionar varias preguntas que eran misterios para ella: ¿Por qué los padres de Edward estaban actuando de manera tan extraña? ¿Por qué su padre la odiaba? ¿Y quién estaba tratando de dañar su reputación en el ejército que ella había trabajado tan duro para construir? ¿Y por qué sigues leyendo la sinopsis? ¿Por qué no abres el libro y descúbrelo tú mismo?
Durante sus tres años de matrimonio con Colton, Allison ocultó su verdadera identidad y se esforzó de todo corazón para apoyarlo. Sin embargo, fue traicionada y abandonada por su esposo infiel. Desanimada, ella se propuso redescubrir su verdadero yo: una perfumista de talento, el cerebro de una famosa agencia de inteligencia y la heredera de una red secreta de hackers. Al darse cuenta de sus errores, Colton expresó su arrepentimiento: "Sé que metí la pata. Por favor, dame otra oportunidad". Sin embargo, Kellan, un magnate que se suponía que era discapacitado, se levantó de su silla de ruedas, tomó la mano de Allison y se burló desdeñosamente: "¿Quieres que te acepte de nuevo? Sigue soñando".
La expresión en el rostro de Nancy era difícil de definir, ya que había tomado una decisión que cambiaría su vida: se embarazaría de un hombre que no conocía. Y aunque solo lo hacía para poder pagar la operación que necesitaba su madre, en ningún momento se detuvo a pensar que esto cambiaría por completo lo que le deparaba el futuro. Tras haber pasado cinco años, ella se convirtió en una famosa pediatra, y un día, cuando salió del aeropuerto con grandes metas y sueños, el destino se le presentó en forma de una niña pequeña, cuyo padre no era otro más que el extraño hombre, Charles, quien en el pasado le había ayudado a Nancy a salvar a su madre. Incluso antes de que ella pudiera asimilar la verdad, estaba desconcertada por la inesperada llegada de este hombre con una niña, la cual presuntamente era su hija. ¿Qué haría Nancy? ¿Había más secretos de su pasado esperando a cambiar su vida por completo? Siga leyendo para descubrirlo en ‘Padre Por Sopresa’ con Manobook. Incluso antes de que ella pudiera asimilar la verdad, estaba desconcertada por la inesperada llegada de este hombre con una niña, la cual presuntamente era su hija. ¿Qué haría Nancy? ¿Había más secretos de su pasado esperando a cambiar su vida por completo?