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Siendo abandonados por mi esposa, la cual no solo lo hizo cuando nuestro hijo tenía solo dos años de edad, sino que se llevó todo...dejándome solo su custodia, lo único valioso para mí realmente. Sé que podremos ser felices, aunque todo esté en contra nuestra. Ser padre y madre a la vez de un niño especial, que cada día vas descubriendo como lidiar con su condición. Algunos lo llaman raro, otros le tienen miedo o simplemente no soportan tenerlos cerca. No se relaciona con la gente, no le gusta estar cerca de ellos, ni que lo abracen, pero es muy inteligente. Es mi hijo, es especial, es Luciano.
-¡Ya basta! Que no entiendes, no te amo, me voy, te dejo con tu engendro a ver quién lo aguanta, ni a ti, ni a él los soporto.
-¿Por qué te expresas así de tu hijo, él no tiene la culpa de haber venido a este mundo y de tener una madre como tú, pero sabes qué? Tienes razón, si te quieres largar hazlo, nunca nos busques, mi hijo y yo saldremos adelante.
-¡Ja, ja, ja, no me hagas reír, eres un muerto de hambre sin mí, no eres nadie, yo te di todo esto, y se compró con mi dinero, me voy mis abogados, te traerán los papeles del divorcio, ah! Otra cosa tienes una semana para desocupar la casa ni creas que te la vas a quedar, es mía fue el regalo de mi padre y por la empresa ni te pares, adiós querido esposo.
-Maldición, Fátima, un día vendrás a mí a rogar perdón, esto que le estás haciendo a tu hijo, jamás te lo voy a perdonar, no me importa que te largues con tu amante, pero abandonar a tu hijo, él te necesita esta chica aún, no tienes compasión, míralo tan solo tiene dos años, él te necesita.
-y tú crees que yo voy a querer a este niño raro, míralo como es, travieso, no se está quieto en un lugar, hace desastre por donde sea, me hace pasar vergüenza con mi familia y mis amigas, no es normal Santiago, yo no quiero ser madre de un adefesio como este niño.
-Basta Fátima, no te expreses así de tu propio hijo, es mejor que te largues, tienes razón no te necesitamos y no necesitamos de tu dinero, para eso trabajo y me basta y sobra, y por tu casa no te preocupes mañana mismo nos iremos, en cuanto tu abogado me traiga los papeles de divorcio los firmo y le entrego las llaves, no quiero saber nada de ti.
-Bien, mañana vendrá mi abogado y no quiero verte más, por fin seré feliz adiós y hasta nunca.
-Luciano, mi niño, somos solo tú y yo, vamos a salir adelante, te prometo que nadie oye bien nadie se va a burlar de ti, ni te va a hacer daño, seremos solo tú y yo contra el mundo, trabajaré muy duro para darte lo mejor, no importa ahorita no tenemos nada, pero no descansaré hasta poner mi propia empresa, a partir de mañana empezaremos una nueva vida para nosotros.
Así comenzó mi nueva vida, con un niño especial y con lo poco que tenía, tomé nuestras maletas, las subí al auto y salí de esa casa en donde por un tiempo creí haber sido feliz al lado de la mujer que pensé que me amaba.
Soy Santiago Montemayor Suárez, crecí en un barrio humilde, en un hogar lleno de amor, hijo de Santiago Montemayor y Alina Suárez trabajadores de gran corazón, cuando cumplí veinte años mi padre falleció de una enfermedad hepática, quedándome a cargo de mi madre y mi hermana menor, me tocó estudiar y trabajar para ayudar en casa. Con el trabajo de mi madre no alcanzaba, termine la universidad con honores en economía y administración, empecé a trabajar en la empresa Soler y asociados.
Empecé desde abajo como asistente de compras, ahí conocí a Fátima Soler, hija del dueño, el señor Catalino Soler, dueño de la empresa, no niego siempre fue y ha sido una mujer muy hermosa que cualquier hombre podría admirar.
Fátima iba seguido a la empresa y buscaba la manera de pasar donde yo trabajaba, empezó a buscar una amistad, no se me hizo mal, empezamos a salir como amigos, después de casi un año, nos hicimos novios, empecé a amarla. No por lo que tiene sino por lo que era o más bien por lo que me mostraba, era cariñosa, sencilla y cuando la presente con mi mamá y mi hermana se portó muy bien con ellas, mi mamá la quería mientras mi hermana no la toleraba y no entendía por qué.
Después de un año de noviazgo, Fátima me dijo que diéramos el siguiente paso, que nos casáramos, yo no estaba muy seguro, no quería que se pensará que quería su fortuna. Un día me llamó su padre para hablar conmigo, me propuso la dirección general de la empresa, ya que era el prometido de su hija, y ella no tenía la capacidad ni quería esa responsabilidad, buscaba a alguien que lo hiciera y ese era yo.
Al principio me emocionó la propuesta, sería más paga y podría ayudar a mi madre y a mi hermana que terminara sus estudios, pero había una condición y era que tenía que casarme con su hija, aunque amaba a Fátima, no era la manera de crecer en la empresa.
El señor Soler buscó la manera de convencerme hasta que lo logro, acepte con la condición de hacerla crecer y ayudar a Fátima a hacerse cargo ella misma, así fue nos casamos en una boda muy lujosa de la cual ni se me tomó en cuenta mi opinión, fuimos a la luna de miel, todo iba bien la amaba.
La empresa creció un cuarenta porciento desde que tomé el cargo, mientras Fátima lo único que hacía era viajar y viajar, a los dos años de casados quedó embarazada, embarazo del cual de todo se quejaba, nació Luciano, no lo atendía, su prioridad siempre fue su cuerpo y volver a su rutina de siempre.
Mi madre falleció unos meses después del nacimiento de Luciano y mi hermana terminó la universidad y se fue al extranjero a hacer un posgrado, vive en Londres viene solo en vacaciones unos días, ya que no soporta a mi esposa y se regresa, está estudiando y trabajando, le ofrecí que trabajará conmigo, pero no acepto.
Luciano crecía, niñeras iban y venían, Fátima fue una mamá ausente, había días que tenía que llevarme a Luciano a la oficina, se me hacía difícil, pero no imposible a los siete meses que Luciano empezó a hablar, solo decías pocas palabras como pá, gua, y lo demás eran sonidos y señales. Comenzó a caminar y con ello, como todo niño de su edad, las travesuras incomodaba a Fátima, y no le ponía importancia a su propio hijo, lo dejaba al cuidado de la niñera, quienes se desesperaban por no poder entender su lenguaje, renunciaban.
Luciano mostraba comportamientos diferentes a otros niños de su edad, no le gustaba estar lugares con mucha afluencia de personas, gritaba y lloraba, se aislaba de los demás, se volvió un niño muy callado y solitario.
Cuando cumplió dos años, vaya regalo de cumpleaños, tuvo mi hijo, su madre lo abandono, dejándome solo con él, y para que más duela, me despidió de la empresa y me corrió de la casa en donde vivimos por cuatro años. Firmamos el divorcio, como había un contrato prenupcial que yo mismo pedí su padre, no hubo nada de separación de bienes, por mí no había nada, todo era de ella, y me dio la custodia de Luciano, fue lo único bueno que hizo durante nuestro matrimonio.
¿Se puede seguir siendo amiga de alguien a quien amas en secreto? Avy Wong enfrenta este dilema mientras observa cómo su amor, Marcus Santiz, se casa con otra mujer. Desde pequeña, su corazón ha pertenecido a él, pero el destino parece tener otros planes. Marcus, un hombre de carácter fuerte y atractivo, ha tomado una decisión que destroza a Avy: se casa con la madre de su hijo, a quien no ama. A pesar de sus sentimientos, Avy se ve obligada a aceptar su realidad. En una noche oscura y llena de dolor, Avy se encuentra en el bar El Paraíso, donde la tristeza se mezcla con el alcohol. Llora con su amiga, quien intenta consolarla, pero la rabia y el desamor la consumen. La lucha interna entre el deseo de olvidarlo y la necesidad de seguir siendo su amiga la atormenta. Cuando su hermano llega para ayudarla, Avy se siente perdida entre la tristeza y la esperanza. Él la levanta, pero no sabe que detrás de su desconsuelo se esconde un amor profundo y no correspondido. La lucha por el amor verdadero parece un camino difícil, pero Avy sabe que, a pesar del dolor, su corazón sigue perteneciendo a Marcus. ¿Podrá el amor superar las barreras del destino? La historia de Avy y Marcus está lejos de concluir. La amistad, los celos y el deseo se entrelazan en un relato donde la verdadera felicidad está aún por descubrirse.
Lo conocí y me gustó desde que era una niña, me enamore de él , mi vacaciones al pueblo de mi madre era fiesta a mi corazón, me ilusionó y me enamoró obtuvo lo que quería y me dejo, ¿que fui para el? y ahora después de varios años de que se fue, ¿para qué volviste? ¿que quieres de mi? si yo soy feliz. ¿Mi venganza? verme feliz al lado del hombre que me ayudó a creer en el amor
La expresión en el rostro de Nancy era difícil de definir, ya que había tomado una decisión que cambiaría su vida: se embarazaría de un hombre que no conocía. Y aunque solo lo hacía para poder pagar la operación que necesitaba su madre, en ningún momento se detuvo a pensar que esto cambiaría por completo lo que le deparaba el futuro. Tras haber pasado cinco años, ella se convirtió en una famosa pediatra, y un día, cuando salió del aeropuerto con grandes metas y sueños, el destino se le presentó en forma de una niña pequeña, cuyo padre no era otro más que el extraño hombre, Charles, quien en el pasado le había ayudado a Nancy a salvar a su madre. Incluso antes de que ella pudiera asimilar la verdad, estaba desconcertada por la inesperada llegada de este hombre con una niña, la cual presuntamente era su hija. ¿Qué haría Nancy? ¿Había más secretos de su pasado esperando a cambiar su vida por completo? Siga leyendo para descubrirlo en ‘Padre Por Sopresa’ con Manobook. Incluso antes de que ella pudiera asimilar la verdad, estaba desconcertada por la inesperada llegada de este hombre con una niña, la cual presuntamente era su hija. ¿Qué haría Nancy? ¿Había más secretos de su pasado esperando a cambiar su vida por completo?
-Nuestro amor nos llevará a terminar como Romeo y Julieta. - ¿Juntos? - ¡No! Muertos. -Tú siempre tan romántica. -Y tú, tan estúpido. -Ya hablo doña perfecta. -Aunque te cueste reconocerlo, así que no pienso seguir perdiendo mi tiempo contigo. Me retiro antes de que se me pegue lo malo, con permiso joven Sanz. -Hasta nunca B-R-U-J-A fea. Espero que choques en tu escoba voladora y te destroces el rostro para no volverte a ver la cara de mustia amargada que tienes. -Qué tus buenos deseos se te multipliquen insecto -grito la chica al salir corriendo de la casa para tratar de llegar lo más pronto a la parada y alcanzar el último autobús que la llevaría de regreso a la Universidad de Barcelona, donde estudiaba. Esto era tan solo una pequeña pelea a la que se tenía que enfrentar cada vez que se encontraban en la residencia de la familia Sanz o donde coincidieran, en donde había sido contratada como niñera del menor de los hijos de la familia. - ¿Podrás algún día dejar tranquila a "Mi Vale"? Sigue por ese camino y me voy a asegurar que papá te quite todas las tarjetas, congelé todas tus cuentas y de pasada te ponga a trabajar para que dejes de estar molestando a mi chica. - ¡Mocoso! Nadie pregunto tu opinión, ¡Cuidado y abres la boca o me desquitaré contigo! Deberías de estar de mi lado y no de un espantapájaros como ese que no es parte de tu familia y a duras penas conoces. -Mira, quien habla, el chico más estúpido que puede existir en toda la ciudad, si no fuera por tu cara bonita, nadie se fijaría en ti. Te aseguro que en esa cabeza no hay ni gota de masa encefálica de la cual puedas presumir como ella. - ¡Basta! Lárgate a tú cuarto o voy a acabar contigo en menos de un segundo. - ¡Huy! Ya se enojó el niño bonito. Te estaré vigilando, no vuelvas a molestar a Vale. Si ella se marcha por tu culpa, me aseguraré de cumplir todo lo que te he dicho y sabes que no bromeo HER-MA-NI-TO. ¿Quién se atrevía a desafiarlo de esa manera? ¡Claro!, otro Sanz, uno que por lo menos conocía el amor y respeto a las personas sin importar su clase social o personalidad. Para este chico todas las personas eran iguales, hasta que demostraran lo contrario.
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
"Estuve enamorada del CEO dominante, Credence Scott, durante diez años. ¡Y finalmente me casé con él! Se suponía que yo era una mujer feliz que se casaba con la persona que amaba. Sin embargo, Credence me odiaba. En nuestro matrimonio de cuatro años, rara vez se acostó conmigo y me culpó por matar a su padre. Nunca hice eso. ¡Fue mi hermana, Rosalie, quien me había tendido una trampa! La parte más desconsolada fue que Credence nunca creyó en mí. Bien, será mejor que acabe con mi vida. Pero fue entonces cuando Credence me reveló su ternura... "
Durante sus tres años de matrimonio con Colton, Allison ocultó su verdadera identidad y se esforzó de todo corazón para apoyarlo. Sin embargo, fue traicionada y abandonada por su esposo infiel. Desanimada, ella se propuso redescubrir su verdadero yo: una perfumista de talento, el cerebro de una famosa agencia de inteligencia y la heredera de una red secreta de hackers. Al darse cuenta de sus errores, Colton expresó su arrepentimiento: "Sé que metí la pata. Por favor, dame otra oportunidad". Sin embargo, Kellan, un magnate que se suponía que era discapacitado, se levantó de su silla de ruedas, tomó la mano de Allison y se burló desdeñosamente: "¿Quieres que te acepte de nuevo? Sigue soñando".
— ¿Por qué la máscara? —me preguntó él. Me quedé en silencio mientras él revolvía mi cabello. Me desató el lazo que recogía mi pelo y dejó que la cinta cayera al suelo. — ¿Por qué me tocas? Soy una puta para ti, ¿verdad? — le pregunté mientras lo miraba fijamente a los ojos. Él me miró pero no me respondió. ¿No me acababa de llamar puta? Enterró su rostro en mi cuello y me sopló suavemente en la cara. Eso se sintió bien. Muy bien. Cuando sus labios hicieron contacto con mi piel, me mordí los míos para evitar gemir. Podía sentir sus manos liberando mis muñecas. Mis brazos cayeron sobre sus hombros. Mis ojos estaban cerrados mientras me concentraba en los sentimientos que me estaban invadiendo. ¿Qué diablos me estaba pasando? Dos personas. De dos mundos diferentes. ¿Dominación o sumisión? ¿Tipo de relación? ¿Qué sucede cuando dos personas entablan una relación extraña, confusa e intensa? ¿Dará amor u odio?